Omaigod, hoy
tengo tremendo conflicto y alegría por el futuro del mundo. Por un lado una
alumna me trajo un burrito de Taco Bell (que al final me zampé porque cuando un/x alumnx
te trae algo que no sea una cucaracha o un insulto te lo comes y lo agradeces)
y por otro, se escaparon los estudiantes de la escuela para ir a protestar por
sus vidas.
Explico ambas.
La primera
Mi estudiante
mexicana, nacida en Guerrero pero criada en vacalandia, cree que el taco bell
no sólo es el epítome de la gastronomía mexicana, sino que además es el regalo
perfecto. Ella llegó con una bolsa de 10 burritos que repartió a sus amigxs
cercanxs y a moi. Pero dejó a tres sin burrito.
Uno de esos tres
ha traído comida para todos, menos para mí. Yo soy la facilitadora y herr kommandant de la educación. No existo, no tengo hambre ni quiero las pinches
galletitas de pescaditos que les da al resto. Mientras crece su fama caritativa,
mi hambre ruge.
Pues la alumna
con su taco bell no trajo para él, trajo para mí. Yo me debatía mexicanamente
si partir el burrito en tres, bueno, cuatro si me cuento, y luego... me acordé de
mi madre.
tu ru ru rú |
No, mijita, no tengo hambre, come tú. lo que dejes igual me lo como.No niña, a mí no me gusta eso, si sobra para que no se desperdicie, déjamelo (la edigator infante se lo da a los 30 perros y gatos que viven con nosotros sin darse cuenta que la madre lagarta tiene jambre).NOOOOOO.La madre tuvo hambre. Es muy posible que fuéramos pobres y por eso el día de hamburguesas eran con pan bimbo y carne molida medio verde, o bien la madre no quería darse lujos para ser aún más madre abnegada, buena católica y todo eso. Le preguntaré.
Fin de flashback.
Me zampé mi
primer burrito taco bell. Obvio, no es ni mexicano ni nada burrito que yo he
conocido, era una cosa estado medio líquido y medio plasma. Mordí una pieza
dura que podría ser carne o podría ser madera. Eso sí, sabía bien (aunque llevo
dos días con diarrea, si es que necesitaban saberlo).
Conflicto: la
pobre niña mexicana-vacalandesa se está perdiendo del patrimonio inmaterial de la humanidad por
culpa de Taco Bell.
You quierro tacou bel (fuente de imagen) |
La segunda
Por el otro lado,
con eso de que quieren armar a los maestros y maestras, los estudiantes de de
toda la vasta gringolandia se levantaron, roaaar. Por medio de los medios sociales virtuales convocaron a todas las escuelas a unirse a protestar.
En la clase que
enseño decidieron que harían posters y se pondrían en la calle y de esa manera
generarían consciencia que las personas de 13 años están a cargo de su futuro.
Y que ese futuro implica regular las armas.
Sorry, yo a los
13 años rezaba porque quería ser virgen y que me pelara un pelaò que no me pelaba.
Ay diosito, santo patrono del espacio: plis, chichis y un papacito |
Pero resulta que
en la loable escuela anunciaron que se había decidido, terminantemente, que durante
el 14 de marzo del 2018, a las 10 de la mañana, exactamente un mes después de
la matanza de 17 estudiantes en Florida, se dedicará el espacio para
reflexionar sobre las vidas perdidas. Esta reflexión se haría dentro del salón.
Sugerencias
dadas: Que en el salón de clases cada alumno y alumna escriba o pinte o piense
por 17 minutos sobre las vidas perdidas y la gente en el mundo. Que hagan poemas y canciones. Que mediten.
Esta
manifestación, beckys gritan, no es algo político, esto no es sobre armas, esto es
sobre vidas y sobre adolescentes que no terminaron ni la preparatoria. Porque no se puede silenciar a un grupo, todos y todas tienen derecho a su opinión.
Nos mandan un
video sobre cómo evitar confrontaciones políticas para que se respeten los
derechos de los negros, latinos, asiáticos, primeras naciones y toda cosa
pigmentada, incluyendo estudiantes gays, lesbianas, queer, trans, y no binarixs
Y el derecho de los blancos trompistas
al decir que los pigmentados y esas cosas son basura y deberían deportarlos o matarlos. Porque se debe
ofrecer espacio para que existan los dos lados de la discusión.
Como si debatir
sobre la humanidad de ciertos grupos fuera una discusión que se debería tener
en el siglo xxi en un salón de clases.
Mis horribles,
espantosas, insultantes, gritones, desafiantes, repelentes, avienta sillas,
enciende fuegos estudiantes dijeron un grande y sonoro foc llu a las beckies de
la administración y se salieron de la escuela con pancartas a gritar.
Alegría.
Fin
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