29.6.16

¡Sorpresa!

 Para levantarme los ánimos, mi gringo marido se depiló completamente allá abajo. No sé exactamente si la motivación y la idea que eso me animaría fue por un problema de traducción o es una cuestión de confusión cultural.

Pero... digamos que definitivamente sí fue una sorpresa...

¡SORPRESA!



Fuente imagen.

28.6.16

Yira yira

Como les he contado ya, se me disloca el brazo como una vez por año. Pero la última vez (ok, penúltima) en vez de armarme un cabestrillo y descansar me dije, foquit y seguí como si nada, y las consecuencias se presentaron el domingo.

El domingo era un día caluroso y soleado. La alberca comunal de donde vivimos estaba casi vacía porque los gringos pasan la mayor parte de los domingos en sus iglesias odiando a los negros y a los homosexuales mientras comparten recetas alopáticas para luchar contra las paperas y la viruela.

Así que decidimos, el gringo marido y yo, darnos un chapuzón en la alberca y a la vez agarrar tantito sol para no parecer axolotes. En la alberca estaba una mujer con una autoestima altísima pues, a pesar que su traje de baño estaba agujerado y sucio, con su pubis costroso y mostrando monte de venus estilo sasha monenegro, permitía que su piel correosa y desbordante recibiera los rayos del sol sin un atisbo de modestia. Ella, echada en un camastro cual ballena varada, berreaba a su teléfono los últimos chismes de omaigó canyú bilidá?, su hijo, un pelirrojito cagaleche flotaba frente a ella en el agua, tratando de captar su atención mientras lanzaba el agua meada pero clorinada en chorros por la boca, como esas estatuas patéticas de disney.

En el otro extremo chapoteaba una pareja que probablemente encontró el amor cuando se unieron contra un mundo que le exige a las personas inteligencia, belleza o al menos algunos hábitos de higiene. Yo los iba a felicitar por haber adoptado y dado casa al bebé más horripilante del mundo, pero al acercarme me di cuenta que el o la infante compartía la misma ausencia de barbilla y los ojos opacos de vacas marinas, ausentes de conciencia o alma. ¡Se habían reproducido!

Enfrente al cetáceo varado, un hombre asiático llegaba con tres o cuatro niños, pero no lo observé bien porque en esos momentos entré al agua, di un par de brazadas para llegar al extremo más profundo de la alberca, hice un giro raro que no recuerdo y se me dislocó el hombro completamente. El dolor me jaló al fondo y pataleé y salí a la superficie y le grité al marido. marido, ayúdame.

Me volví a hundir y pataleé hacia la orilla, marido, help, y el marido ya venía, lento, parsimonioso, paciente. Me hundí nuevamente y como pude con el otro brazo me pude detener del resbaloso concreto con el que rodean las albercas. El gringo marido ya había llegado y tomó mi brazo dislocado y jaló y yo  me le escapaba, mojada y escurridiza hasta el fondo otra vez. Entre jalada y pataleada y zambullidla pasaron como 5 a 10 minutos tras los cuales obviamente sobreviví, no estoy escribiendo desde la ultratumba con una ouija cibernética.

El gringo marido me salvó, le debo un caballo prieto azabache o algo así, yo inhalé algo de agua meada, me ardían los pulmones, el brazo, ahora lo tengo cubierto en raros hematomas al igual que mis piernas y cadera, pero quedé viva.

La cosa es que cuando por fin me saca, yo estaba temblando y él también, yo tosiendo y volteo y la cetáceo seguía en el teléfono, la pareja de neandertales seguían con el changuito, la familia asiática competía a algo. Nadie nos miraba, nadie dijo nada. Yo los traté de verlos a los ojos y ellos desviaban la mirada.

Y me di cuenta de algo asqueroso de la humanidad: el racismo, las masacres, los crímenes, las muertes por hambre, la pobreza, el asesinato de maestros y estudiantes, todas esas cosas no pasan por maldad o crueldad netamente humana. NO. Pasa porque la gran mayoría de la gente es indiferente.

Estos no eran israelíes vigilando palestinos o policías atacando dizque criminales, eran mis vecinos, con quien comparto jardín, estacionamiento y alberca, a quienes he visto cientos de veces y ellos a mí, y casi me ahogo, gritando y pidiendo ayuda frente a sus ojos bovinos. No porque sean malos, sino porque son indiferentes.

Así que estoy asqueada y adolorida. Triste de humanidad y con pocas esperanzas hacia el futuro. Tan cierto y atinado lo que cantaba Gardel.



Mejor maullar, ¡miau miau!

20.6.16

tl;dr: las protestas del CNTE (maestrxs)

Esto es lo que ha estado pasando:

Gobierno: Aquí está la reforma educativa, la diseñamos nosotros
Gobierno: Aprobada al 100% diez días después

Maestrxs: queremos diálogo
Gobierno: NO
Medios: los maestros heredan plazas, no quieren ser evaluados

Maestrxs: necesitamos dialogar, hay muchos problemas con esa reforma, no beneficia ni a los niñxs, ni a las escuelas ni a nosotros
Gobierno: NO
Medios: los maestros son unos huevones, criminales, bloquea-calles...

Maestrxs: Realmente tenemos que dialogar, esto no funciona, y liberen a los maestrxs que detuvieron por protestar
Gobierno: NO
Medios: Dizque-maestros patanes huevones asco millonarios lacras heredan roban no saben escribir

Maestrxs: Estamos en una democracia, debe haber diálogo, no reformas impuestas
Gobierno: NO
Medios: ¡Emboscada a policías!

Imágenes fuertes a continuación: fuente 
Nochixtlán, Oaxaca, 19 de junio, 2016.



5.6.16

Lentejas mediterráneas (receta)

Buenas mis estimadísimas y estimadísimos y estimadísimxs lectores y lectoras y lecturas, que me ausento por meses porque a veces me doy cuenta que no sólo no tengo nada que decir sino que lo que digo es pura guácara catártica y me imagino que ustedes tienen cosas mucho más importantes que hacer que estar leyendo cuanta tarugada a mí se me ocurra.

Pero la cosa es que hoy sí tengo algo que compartirles, esta receta de lentejas que está deliciosa, ahí les va:

Lentejas con cúrcuma (o lentejas mediterráneas)

Deliciosas lentejas veganas, sin glúten, sin químicos y sin arañas
Ingredientes
  • 1 tza de lentejas
  • 8 tazas de caldo de verduras

  • 1 cucharada de comino
  • ¾ cucharada de turmeric, que en español se llama “cúrcuma”, molido
  • 1 ajo picado
  • 1 cebolla chica bien picada
  • aceite de oliva

  • jugo de uno o dos limones (al gusto)
  • perejil fresco (o seco)


Versión corta:
1. freir:
  • 1 chucharada de comino
  • ¾ cucharada de turmeric
  • 1 ajo
  • 1 cebolla chica bien picada
  • aceite de oliva

2. agregar
  • 1 taza de lentejas
  • 8 tazas de caldo de verduras (si no tiene sal, agregar sal)


3. cocinar 1 hora, los últimos 5 minutos agregar:
  • jugo de uno o dos limones (al gusto)
  • perejil fresco (o seco)


4. disfrutar

Versión larga (para inexpertos, no se preocupen, nos vamos despacito. Eso sí, lean las instrucciones antes de empezar o se van a dar cuenta a la mitad que no tienen caldo y ya valieron).

1 chucharada de comino
¾ cucharada de turmeric
1 ajo picado
1 cebolla chica bien picada
aceite de oliva

Tip: pica la cebolla y el ajo en un procesador de alimentos.

Especies especiales diciéndole adiós a su amiga la cebolla


Usa unas 3 cucharadas de aceite de oliva y agrega la cebolla y el ajo y las especies, se va a poner amarillo, muévele para que quede bien mezcladito y delicioso.
Fue en este momento, la primera vez que las hice, cuando me pregunté ¿la habré cagao?
Pero confianza, así se ve.


Ahora vas a agregar:
1 taza de lentejas (crudas)
8 tazas de caldo de verduras

Tip: Las lentejas debes de limpiarlas para que no tengan moscos, arañas o piedras y las enjuagas varias veces (unas tres).

Tip: El caldo de verduras lo haces de la siguiente forma: agarras una ollota y le pones 10 tazas de agua (o más si quieres guardarlo para después), le echas un trozo de cebolla, un ajo, un par de rebanadas de apio y una hoja de laurel. También si tienes otras sobras de verduras (cáscaras de papa o zanahoria, un tomate, las orillas de las calabacitas, etc.) se las puedes poner.  Dejas hervir una media hora y lo cuelas al agregarlo.
Caldo de verduras hecho en casa

Agrega el caldo de verduras y las lentejas a la cebolla. Agrega como 1/2 cucharada de sal de mar y en grano. Si no tienes sal de esa, agrega sal normal.

Bate despacio y cubre, cuando hierva, baja el fuego y lo dejas 1 hora (tapado, para que no se evapore todo).

Ya casi cuando vayas a servirlo le echas como 1 cucharada de perejil picado fresco y el jugo de un limón, pruébalo. Si le falta sal, échale sal. Nomás aguas, no te vayas a quemar la boca porque luego las lentejas retienen mucho el calor y te metes unas quemadas de aquellas.


Tadá, disfruta con pan.

Fin.

Éste ha sido un servicio para la comunidad, cuando se me ocurra como resolver los problemas del mundo y encontrar la felicidad vuelvo al blog.

Tip: Mientras tanto, hacer esto a diario: comer rico, una hora de ejercicio, beber 3 vasos de agua mínimo, tomar una copa de vino y coger más.

¡Provecho!
 
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