18.3.18

Sobreviviendo a la escuela pública: Semana 28



Omaigod, hoy tengo tremendo conflicto y alegría por el futuro del mundo. Por un lado una alumna me trajo un burrito de Taco Bell (que al final me zampé porque cuando un/x alumnx te trae algo que no sea una cucaracha o un insulto te lo comes y lo agradeces) y por otro, se escaparon los estudiantes de la escuela para ir a protestar por sus vidas.

Explico ambas.

La primera

Mi estudiante mexicana, nacida en Guerrero pero criada en vacalandia, cree que el taco bell no sólo es el epítome de la gastronomía mexicana, sino que además es el regalo perfecto. Ella llegó con una bolsa de 10 burritos que repartió a sus amigxs cercanxs y a moi. Pero dejó a tres sin burrito. 

Uno de esos tres ha traído comida para todos, menos para mí. Yo soy la facilitadora y herr kommandant de la educación. No existo, no tengo hambre ni quiero las pinches galletitas de pescaditos que les da al resto. Mientras crece su fama caritativa, mi hambre ruge.

Pues la alumna con su taco bell no trajo para él, trajo para mí. Yo me debatía mexicanamente si partir el burrito en tres, bueno, cuatro si me cuento, y luego... me acordé de mi madre.
tu ru ru rú


No, mijita, no tengo hambre, come tú. lo que dejes igual me lo como.

No niña, a mí no me gusta eso, si sobra para que no se desperdicie, déjamelo (la edigator infante se lo da a los 30 perros y gatos que viven con nosotros sin darse cuenta que la madre lagarta tiene jambre).

NOOOOOO. 

La madre tuvo hambre. Es muy posible que fuéramos pobres y por eso el día de hamburguesas eran con pan bimbo y carne molida medio verde, o bien la madre no quería darse lujos para ser aún más madre abnegada, buena católica y todo eso. Le preguntaré.


Fin de flashback.

Me zampé mi primer burrito taco bell. Obvio, no es ni mexicano ni nada burrito que yo he conocido, era una cosa estado medio líquido y medio plasma. Mordí una pieza dura que podría ser carne o podría ser madera. Eso sí, sabía bien (aunque llevo dos días con diarrea, si es que necesitaban saberlo).

Conflicto: la pobre niña mexicana-vacalandesa se está perdiendo del patrimonio inmaterial de la humanidad por culpa de Taco Bell.
You quierro tacou bel
(fuente de imagen)

La segunda
Por el otro lado, con eso de que quieren armar a los maestros y maestras, los estudiantes de de toda la vasta gringolandia se levantaron, roaaar. Por medio de los medios sociales virtuales convocaron a todas las escuelas a unirse a protestar.

En la clase que enseño decidieron que harían posters y se pondrían en la calle y de esa manera generarían consciencia que las personas de 13 años están a cargo de su futuro. Y que ese futuro implica regular las armas.

Sorry, yo a los 13 años rezaba porque quería ser virgen y que me pelara un pelaò que no me pelaba.
Ay diosito, santo patrono del espacio: plis, chichis y un papacito 


Pero resulta que en la loable escuela anunciaron que se había decidido, terminantemente, que durante el 14 de marzo del 2018, a las 10 de la mañana, exactamente un mes después de la matanza de 17 estudiantes en Florida, se dedicará el espacio para reflexionar sobre las vidas perdidas. Esta reflexión se haría dentro del salón. 

Sugerencias dadas: Que en el salón de clases cada alumno y alumna escriba o pinte o piense por 17 minutos sobre las vidas perdidas y la gente en el mundo.  Que hagan poemas y canciones. Que mediten. 

Esta manifestación, beckys gritan, no es algo político, esto no es sobre armas, esto es sobre vidas y sobre adolescentes que no terminaron ni la preparatoria. Porque no se puede silenciar a un grupo, todos y todas tienen derecho a su opinión.

Nos mandan un video sobre cómo evitar confrontaciones políticas para que se respeten los derechos de los negros, latinos, asiáticos, primeras naciones y toda cosa pigmentada, incluyendo estudiantes gays, lesbianas, queer, trans, y no binarixs Y el derecho de los blancos trompistas al decir que los pigmentados y esas cosas son basura y deberían deportarlos o matarlos. Porque se debe ofrecer espacio para que existan los dos lados de la discusión.

Como si debatir sobre la humanidad de ciertos grupos fuera una discusión que se debería tener en el siglo xxi en un salón de clases.

Mis horribles, espantosas, insultantes, gritones, desafiantes, repelentes, avienta sillas, enciende fuegos estudiantes dijeron un grande y sonoro foc llu a las beckies de la administración y se salieron de la escuela con pancartas a gritar.

Alegría.

Fin

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