Hoy la edigator
se despierta ante la terrible y conmocionante noticia de que todos los
encurtidos cárnicos causan cáncer, son tan malos como el tabaco o el arsénico.
No es metáfora, entraron al mismo grupo: tabaco, arsénico, carnes procesadas, plutonio.
Así es, el
tocino, el jamón, el pastrami, el chorizo, el jamón serrano, las salchichas para
asar y las que se usan en los jochos, el bratswurt, el spam, la mortadela, el salami, la morcilla, la longaniza, la hipolata, la merguez, la saucisse de morteau, el lomo, la butifarra, etc. todos esos causan cáncer.
A mí sinceramente
la campaña gringa del tocino me tiene un poco harta. Los productores de cerdo
industrial llamaron “la otra carne blanca” al cerdo (y no hay manera de
convencer a un gringo que en efecto, la carne de cerdo es roja) y se dedicaron
a promocionar el tocino como si fuera la última coca del desierto y con tapa premiadada.
De por sí la leche es mala. |
Retire la carne de entre sus dientes con carne procesada. |
¿Te dicen puerca? Asúmelo. |
Que tu aliento no confunda, cerda. |
Así que qué bueno. Me va a dar gusto verlos caer.
Definitivamente es una buena noticia para todas las vacas y cerdos que viven en
condiciones deplorables nada más para que el kilo de filete salga en 2 dólares. Mejor que vuelvan a la vida salvaje, que formen sus cerdas sociedades y hagan dinero nadando con turistas.
un oinc feliz |
Pero me pregunto, si la Organización Mundial de la Salud al poner las carnes procesadas en el mismo grupo que el tabaco, ahora obligará a los restaurantes a tener una sección para jamoneros y no jamoneros. Si se va a tener que mostrar identificación para poder comprar tocino en las tiendas. Si las madres y padres que sean vistos dándoles de comer a sus vastaguitos y vastaguitas un jocho van a ser encarcelados o el Dif les va a quitar a sus hijos. Si desayunarse unos huevos con chorizo será visto como algo que solamente hace quien es moralmente débil. Si estás en una esquina atascándote una pizza de salami van a salir las embarazadas a correrte porque les molesta el olor. Si se empezará a formar el subgrupo de gorrones que nunca compran pastramis pero en las fiestas son los primeros en acabarse los tuyos. Si habrá un grupo gris que a las media mañana sale a pararse en la lluvia o nieve o en el sol más caluroso para en 10 minutos comerse una rebanadita de jamón serrano mientras todos los que pasan cerca de ellos los juzga.
O si seguirán el camino del arsénico y no se venderán más. ¡O peor! el del plutonio y habrá grupos terroristas que se dediquen a traficar unos jamoncitos.
Por lo pronto, en lo que empiezan las prohibiciones, como dice mi amiga Marcela, si van a comer algo que causa cáncer, échense un plato de papaya para balancearlo.