Esta semana
también trajo sorpresas, ¿será que así se sienten las personas que tienen
hijos? Todos los días con más y nuevas aventuras al límite, vida y muerte y
drama, todo apretadito para que no haya un momento para respirar.
Yo pensaba
que la vida era todo lo contrario y por eso Hollywood y otras agencias de entretenimiento ofrecían todas estas ficciones donde se
cubren las necesidades emocionales de los espectadores. Acción y disparos para los que pasan el día en la blanda oficina y comedias románticas donde la pareja se escucha,
sale en citas y tienen sexo apasionado para el frustrado resto del mundo.
Tía, cuéntenos otra vez de cuando salió con el tipo de los nueve pitones fuente |
En esta
semana tenemos:
A la niña,
llamémosla Euríale, que le pateó la puerta al maestro llevándose mano de maestro
en proceso y fracturando mano de maestro en proceso. Euríale no lo hizo a propósito
(patear la puerta sí, específicamente romperle la mano no) así que no hubo ni
una llamada de atención.
Así le quedó la mano al maestro tras la apachurrada, nomás que morada fuente |
A su
lagartija que en un momento de retraso mental extremo se le ocurrió llevar a sus 7
alumnitos de una clase en específico a ver la feria de matemáticas de los de séptimo. A los tres minutos ya se habían escapado dos. A los 10
minutos una de mis alumnas, pondrémosle aquí Esteno, agarra a un muchachito como de medio metro y en medio
de sus amigos, en su salón y frente a su maestra, le pegó. El muchachito se puso a llorar. La maestra le pidió a Esteno que se
saliera y Esteno la vio, se dio la vuelta, y en voz alta comentó, “¿Qué le pasa
a esa harpía?” Me tuvieron que llamar para que me la llevara.
La maestra de séptimo reportó a Esteno a la administración, pero yo mejor decidí llamar a su papá quien le quitó toda la tecnología, permisos, privilegios, amigos y ropa a su hijita…
Así le fue a Esteno en su casa fuente |
A otro alumno
mío, nombrémosle Jápeto, lo habíamos visto alicaído
y desanimado, además de respondón y rehusándose a trabajar. Llamé a madre (que
no responde el teléfono porque Jápeto debe aprender a valerse por sí mismo),
sicóloga (estoy ocupada), la Becky que le regala sopa ramen a los niños (yo no
trabajo con titanes), al consejero (tengo que terminar las inscripciones para
la prepa o se nos queda uno otro año) y, finalmente, hablé con Jápeto.
Resulta que
la semana pasada le robaron el cinturón en el autobús y entre el que patrulla
los pasillos y yo dimos con el autor del crimen, quien traía puesto dicho cinturón.
El patrullero se lo quitó, el ladronzuelo le dijo que le iba a partir su madre
y dicho y hecho, le partió su madre a Jápeto.
Lo fue a buscar a su casa con sus hermanos, lo golpearon, le sacaron un par de armas para decirle que la siguiente vez iba en serio y le quitaron el cinturón, los zapatos, la cartera y el teléfono.
Lo fue a buscar a su casa con sus hermanos, lo golpearon, le sacaron un par de armas para decirle que la siguiente vez iba en serio y le quitaron el cinturón, los zapatos, la cartera y el teléfono.
Día normal en la escuela: A ver, corazoncito, nosotros no nos comemos a nuestros compañeros. Ándale, amorcito, escupe a Jasonsito. fuente |
A una muchachita, quien mientras le decíamos adiós a los niños y niñas que se subían a los camiones para enfilarse a sus fines de semana, entró llorando entre una mezcla de pánico e histeria. En su pavor chocó con la puerta y las paredes dos veces. Yo la agarré y medio la calmé. Tras ella entra otra niña, amiga de la primera. Resulta que Rea la quiere golpear.
El
patrullero de quien les contaba arriba, raudo y veloz pesca a Rea, la baja del autobús y se la lleva a hablar con sus papás
o quién sabe.
La Becky
aparece de la nada y le dice a la histérica, "ven Febe, ven". Y Febe, temblando y con ojos pelones, se va con
Becky.
Luego
aprendería yo que a finales de año Rea agarró a Febe de las greñas, la golpeó,
la tiró al piso y le brincó en la cabeza varias veces mientras el resto de los
muchachitos y muchachitas lo filmaban y recomendaban que Febe mordiera el
escalón. Febe terminó un par de semanas en el hospital. A Rea le dieron sopa
ramen y la hicieron hablar de sus emociones.
Ya les había contado de esto. Nomás no conocía las caras.
Y así, finaliza otra semana de acción y aventuras.
Ya les había contado de esto. Nomás no conocía las caras.
Y así, finaliza otra semana de acción y aventuras.
Aquí es igualito, pero con un poquito más de ropa. fuente |
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