Esa mañana, tras un sueño intranquilo, edith despertó convertida en un horripilante monstruo.
Yo trabajo en un institución terrible, porque toma tu alma y la va destruyendo poquito a poquito y te deja hecha un cascajo, pura cubierta donde el remedo de lo que eras actúa bien, se comporta bien, trabaja bien y nomás así. Es el objetivo de este lugar, vaciar los componentes humanos y dejar seres técnicamente funcionales.
Y además, te convierte en un ideal, en un ejemplo a seguir.
Y entonces, tu fantasma gana premios y se capacita en las mejores técnicas didácticas y especializadas de ilusión.
En verdad, es muy inteligente la empresa, porque busca entre los nombres clonk para lograr este cometido, ya vienen, pues, con un modelo exterior fulgente, y entonces con misiones y visiones y valores institucionales van raspando con una espátula hasta que quedan unos ojos huecos reflejándolo todo. Un vidrio traslúcido, por donde vomitas ideas recicladas con bullets y presentaciones de power point. En donde abres la boca y se vuelca esta guácara y los trajes y pisacorbatas y mancuernillas y anillos te aplauden, te chiflan, te sonríen y luego se agolpan, te palmean la espalda, te dan un diploma. Te ofrecen fama, sonríe, clic.
Y el método… es lo mejor. Porque te preguntan, ¿qué es lo verdaderamente importante? Y tarada tú contestas. Entonces hacen pancartas, días de, festivales, cursos, metas a corto, mediano y largo plazo. Ofrecen globos y tazas, una o dos fiestas. Todo el envoltorio. Te hacen creer que existe, pero cuando te tratas de acercar, puf, aire. Y entonces crees que estás un poquito loca, porque en todo alrededor están los estandartes colgando, las consignas se gritan, y únicamente tú te das cuenta que es hueco, es vacío, es nada. Tratar de cambiar esto es imposible porque te dicen, sabes, ya estamos haciéndolo. Y entonces se escucha un tronido en tu pecho donde te resquebrajaste tantito.
Ni voy a entrar en detalles… esta semana estuvo guac, y oprime el espíritu que te veas en el espejo y darte cuenta que llega un punto que si caminas con la frente alta es nomás porque tienes la mierda hasta el cuello.
Aunque al menos aprendí algo, de esto estoy segura, Gregorio Samsa trabajaba para el tec.
Yo trabajo en un institución terrible, porque toma tu alma y la va destruyendo poquito a poquito y te deja hecha un cascajo, pura cubierta donde el remedo de lo que eras actúa bien, se comporta bien, trabaja bien y nomás así. Es el objetivo de este lugar, vaciar los componentes humanos y dejar seres técnicamente funcionales.
Y además, te convierte en un ideal, en un ejemplo a seguir.
Y entonces, tu fantasma gana premios y se capacita en las mejores técnicas didácticas y especializadas de ilusión.
En verdad, es muy inteligente la empresa, porque busca entre los nombres clonk para lograr este cometido, ya vienen, pues, con un modelo exterior fulgente, y entonces con misiones y visiones y valores institucionales van raspando con una espátula hasta que quedan unos ojos huecos reflejándolo todo. Un vidrio traslúcido, por donde vomitas ideas recicladas con bullets y presentaciones de power point. En donde abres la boca y se vuelca esta guácara y los trajes y pisacorbatas y mancuernillas y anillos te aplauden, te chiflan, te sonríen y luego se agolpan, te palmean la espalda, te dan un diploma. Te ofrecen fama, sonríe, clic.
Y el método… es lo mejor. Porque te preguntan, ¿qué es lo verdaderamente importante? Y tarada tú contestas. Entonces hacen pancartas, días de, festivales, cursos, metas a corto, mediano y largo plazo. Ofrecen globos y tazas, una o dos fiestas. Todo el envoltorio. Te hacen creer que existe, pero cuando te tratas de acercar, puf, aire. Y entonces crees que estás un poquito loca, porque en todo alrededor están los estandartes colgando, las consignas se gritan, y únicamente tú te das cuenta que es hueco, es vacío, es nada. Tratar de cambiar esto es imposible porque te dicen, sabes, ya estamos haciéndolo. Y entonces se escucha un tronido en tu pecho donde te resquebrajaste tantito.
Ni voy a entrar en detalles… esta semana estuvo guac, y oprime el espíritu que te veas en el espejo y darte cuenta que llega un punto que si caminas con la frente alta es nomás porque tienes la mierda hasta el cuello.
Aunque al menos aprendí algo, de esto estoy segura, Gregorio Samsa trabajaba para el tec.
4 comentarios:
ya te pegó a ti también.
*sigh*
yo estoy de acuerdo contigo. por eso, JAMÁS volveré.
y qué hace uno, de veras.
-iguaniux
hay cosas que la mierda no alcanza manchar, edith.
resiste.
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