Podríamos decir que todas las infancias están marcadas por esos momentos idílicos, nostálgicos, insertos en nuestra memoria, grabados en nuestros cerebros, colocados así como con cemento, esos que añoran y ansían los psiquiatras.
En verdad que uno se pasa la vida adulta tratando de borrar traumas.
Además del entierro de la tortuguita, cachar a tus papás haciendo aquellito, el apodo de la primaria, etc., los mexicanos adultos tenemos también que borrar los recuerdos de la piñata.
Para aclarle a los no-mexicanos:
1. La piñata es del superhéroe o caricatura que más se admira.
2. La figura es literalmente destazada ante los ojos (llororos) del precoz infante.
3. Siempre hay un mocoso que se roba los dulces.
4. Invariablemente hay heridos.
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