17.1.13

¡Legos!

Pues con la nieve y el frío del invierno de vacalandia, a mi gringo marido le empieza a dar algo que se llama Cabin Fever. Es lo que sucede por estar encerrado mucho tiempo, sin salir a la luz del día y que concluye en agarrar un hacha y hacer ceviche a todo ser vivo que se le pare enfrente.

Por lo tanto, Santa Clos le trajo un bote de Legos, que combinados con su colección anterior le produjeron más dicha que un gato suelto en una marisquería. Pensó en proyectos, pero como su mente estaba en modo escape, seleccionó un edificio que veía todos los días en la primavera.

Van Hise Hall.
Obviamente, sin nieve.
Así que puso manos a la obra (y el hacha fue cuidadosamente escondida por la edigator).

Aquí su proyecto:
Primeros días.
Debo añadir que si se ve chueco
 es porque yo mientras me dediqué a  celebrar etílicamente el Maratón Lupe-Reyes.
Y finalmente, el día llegó... ¡construcción terminada!

El de la izquierda pareciera que está en el defe, ¡hic! digo ¡ja!

Ya concluído el edificio, se tomaron fotos de varios ángulos.
Van Hise posando, pajarito acá, derecha, izquierda, clic clic.
¡Perfecto!
Y después lo convencí que la parte más emocionante de todo esto sería la destrucción, así combinaríamos sus deseos apocalípticos insatisfechos.

Cámara en mano, mi tigre marido en calzones dijo ¡pum!


¡pum!

Y con un movimiento de brazo, las vacaciones terminaron.

Hay que recordar que lo más importante es el recorrido, no el destino final. Eso, y no matarnos los unos a los otros.

7.1.13

Perspectivas


Hoy les tengo un método infalible para evitar todo tipo de intimidación o sentimientos de inadecuación.

Aunque las nuevas generaciones no dan medio huevo por este tipo de clasificaciones (recuerdo a un alumno mío saludando al rector del sistema ITESM Rafael Rangel Sostman con un totalmente inapropiado “qué onda wey” y a otro más que fue a pedir trabajo en CEMEX vestido en jeans y una camiseta de MegaDeth y luego no entendía por qué no se lo dieron...). Anyway, para las viejas generaciones, pensar:

1. Todos (casi) salieron del útero de su madre. Así es, hasta el papa Benedicto XVI (Joseph Aloisius Ratzinger) embarró su cara en la vagina y clítoris de su madre. Es más, el chocho de la madre del papa fue conocido y manoseado por al menos otras 3 personas cuando él nació.

2. Todos se cagaron en sus calzones (zurraron, en mexicano) y alguien tuvo que limpiarles el culo. Todos, también Carl Sagan y Einstein.

Y en caca andamos, 3. Todos cagan. Y como todos cagan, en algún momento todos pujan, se agarran del toallero y pujan y la vena de la frente resalta y los ojos se les botan y pujan. Hasta Obama. Obama puja.

4. Esa persona que tú amas y que te trae cacheteando las banquetas, que te hace suspirar con sus particularidades y cuyos ojos son como dos luceros, bueno, esa persona está llena de sangre. Básicamente esa persona es una bolsa contenedora de mocos y líquidos viscosos y como un metro de excremento.

 Y la que a mí siempre me ha causado más shock:

4. Todas las personas en algún momento de su existencia han sido amadas o al menos han inspirado un sentimiento de compasión. No me refiero a que Jesús te ama, estoy hablando de gente de verdad, sus madres, sus herman@s, sus hij@s: El policía ratero, el asesino de niños, todos, en algún momento alguien los quiso, en muchos de los casos, alguien todavía los quiere. Y los aman porque hay algo en ellos que es digno de ser amado, sólo que tú no lo puedes ver.

De SouthPark: Bigger, Longer and Uncut

Fin.

 
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