Toda la filosofía maya es en ciclos. Me refiero a que todo el universo maya está centrado en la idea de ciclos, ellos no tienen arriba y abajo, vida muerte, noche día, todo está unido.
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Por ejemplo, esta imagen representa el universo maya. Se ve el inframundo de nueve niveles (xibalba), la vida terrestre (la línea de en medio) sostenida por los cuatro bacabs en los ejes el universo (norte: blanco, oeste: negro, sur: amarillo, este: rojo, que también son los colores del cielo cuando va caminando el sol), representada por la ceiba, el árbol que une con sus raíces el inframundo y las ramas en el cielo (K´an) de trece niveles.
La vida es un eterno ciclo de nacer y morir y renacer, todo unido. Se entra al xibalba, o al inframundo, por cuevas o cenotes que llevan al sistema de ríos subterráneos, para después subir al cielo en las columnas de humo de formas sinuosas y bajar al vientre materno a través del cordón umbilical también sinuoso.
Los basamentos piramidales están siempre construidos a un lado de un juego de pelota. Los basamentos subiendo al cielo, el juego de pelota bajando al inframundo. Uno a un lado de otro, el incienso encendido a lo alto del basamento subiendo al cielo como un camino de serpiente; la sangre bajando a la tierra en caminos de serpiente.
Templo de Kukulcán, basamento piramidal. Chichén Itzá. fuente |
Todo el universo maya está compuesto de ciclos de vida y muerte, nacimiento y renacimiento, cambio, movimiento, ciclos.
Incluso, la misma casa maya, que todavía se construye de la misma forma que hace cientos (al menos) de años, con sus cuatro bacabs, o pilares, como la base de la estructura, totalmente simétrica, generalmente con sus entradas apuntando al este y oeste, alineada con el sol, con sus áreas divididas para las cosas del día, las cosas de la noche, una casa ciclo cosmogónico.
La idea de un fin, de un apocalipsis, de la terminación del mundo es tan absurda para los mayas que me los imagino atacados de la risa. Para la filosofía maya, todo es un ciclo, no puede existir un fin. Para ellos, ni la muerte es el fin. Todo es un renacer.
Ojalá con toda esta publicidad que han obtenido puedan conseguir terminar los abusos que han sufrido, la explotación e invisibilidad a la que están sometidos (los mayas no desaparecieron, ¿ok? Hay un chingo y aquí están). Del terrible despojo de sus tierras, ahora para construir hoteles, el destrozo de la selva y el mar para hacer campos de golf y darle langostas a los turistas, y el que los tengan trabajando por un sueldo miserabilísimo mientras que bastardizan su cultura para vendersela al que pagó una semana todo incluido.
Y si creen que estoy exagerando, acuérdense de la vez que Rigoberta Menchú estaba en Cancún y como la vieron maya la corrieron del hotel de 5 estrellas donde estaba hospedada como invitada especial del ex presidente mexicano Felipe Calderón. "Ve y sácame a la india, esa".
Entonces fíjense. El mundo no se va a acabar. Pero ojalá estemos entrando a una etapa de conciencia donde ya no permitamos esta terrible y constante explotación de gente, recursos, animales, sólo para el beneficio de unos cuantos canallas.
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