Hubo una sola ocasión en la que en
Alemania se protestó contra la deportación de los judíos durante la Segunda
Guerra Mundial. Ésta fue la protesta Rossenstrasse (la calle Rosa )
durante los meses de febrero y marzo de 1943.
Para el cumpleaños del Fuhrer se
decidió arrestar a todos los judíos que todavía quedaban en Berlín y deportarlos. Detuvieron de 8,000
a 10,000 judíos, de los cuales separaron a 1,800 porque estaban casados con
mujeres no judías y los colocaron en la calle Rosa 2-4 donde esperaban la
deportación.
Primero fueron
las esposas y otras mujeres a gritar, “regrésenos a nuestros maridos”. Luego se
fue uniendo gente hasta que llegaron a 6,000 personas gritando en la calle, y
mediante la protesta pacífica, el gobierno alemán no tuvo más remedio que
liberarlos. Sin embargo a unos ya los habían mandado a Auschwitz y como habían
visto los horrores, fueron asesinados en los hornos crematorios sin que
pudieran comunicarse con nadie más. Casi todo el resto sobrevivió la guerra.
Esa Alemania no
podía permitir una protesta. UNA. Era un lugar donde en el momento que 6,000
personas se manifiestaban de manera pacífica el gobierno tenía que actuar.
Ahora, regresemos
nuestra mirada a México. No hay cifras oficiales para el número de gente
manifestándose en protesta contra la desaparición de los muchachos en Ayotzinapa. Pero son miles. Tampoco están localizadas en un solo lugar. Hay protestas en casi todas las ciudades.
Sin embargo, la postura del gobierno ha sido condenar la violencia de las protestas y amenazar a los manifestantes con el posible uso de la fuerza pública.
La consigna pareciera ser que mientras internacionalmente
no se admita que hay problemas, dentro de México no hay problemas.
Incluso, cierto sector de la población condena
la supuesta violencia que la gente comete al invadir calles y bloquear
aeropuertos.
Algunas personas consideran
abominable que algunos grupos, que no son la mayoría, quemen una puerta,
bloqueen unas calles o tomen una caseta (por cierto, no sé si lo recuerden,
pero esas casetas privatizadas presentan un número grandísimo de
irregularidades y ese señorque quemó la puerta fue descubierto como parte del contingente policíaco).
También se olvidan que la prensa enfatiza el hecho de que haya un acto violento.
Sin embargo, independientemente de que se intenta satanizar a los manifestantes y desvirtuar la causa ligándola a actos "terroristas" o de "vandalismo", debemos recordar que la protesta pacífica en México no sirve. No se escucha. No se le da seguimiento.
Ciertos países
saben que una protesta, aunque pacífica, tiene que ser escuchada o de lo
contrario…
Un 10 de agosto como cualquier otro... |
A ver Mussolini, sonríe para la cámara |
El problema es
que en México, tras la Revolución, se decidió instaurar un partido con una
política absolutista y que veía por los mejores intereses de los ricos y de los
vecinos del norte.
Quien se desviara
del camino diseñado por las élites era prontamente ejecutado y reconceptualizado como
héroe. La gente entonces podía protestar pacíficamente y se erigía una estatua o se conseguía el chivo expiatorio y se seguía en la misma línea de acción.
Si la gente le dijera fuerte a los
senadores, a los políticos,
oye cabrón, mira que esto se tiene que solucionar, no se vale que te maten y
desmembren y le arranquen los ojos a tu hijo. Mira, que la gente no tiene ni
para zapatos. Ni para calzones. Y los gobernantes inmediatamente arreglaran el problema, otro gallo cantaría.
Pero no canta.
Y no canta porque
ni esa gente ni los que protestan tienen el poder mediante la legalidad para
hacer nada por su país, ni por su ciudad, es más, ni por su colonia, a lo mejor
quizás ni por su casa. Porque el hogar se resquebraja en el momento que el bully
de la escuela amenaza a los niños porque su papá es sicario , o político, lo que es peor.
Ese es el gran
GRAN problema en México.
México no es de los mexicanos.
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