11.2.14

Los gatos y sus escritores: Julio Cortázar

Julio Cortázar tenía un gato llamado Theodor W. Adorno, o realmente no. No lo tenía.

Era un gato libre que vivía en un pueblo en donde Cortázar vacacionaba. Un día que volvió al pueblo, Theodor W. Adorno vio a Cortázar y lo ignoró. A mí se me hace que Theodor W. Adorno lo extrañaba y al verlo le dio tanta rabia por haberlo dejado solo, que le dejó de hablar. Luego eso hacen los gatos.

Cortázar y gato

El cuento “Orientación de los gatos”, el personaje Osiris, ese ajolote maullador, le hace un guiño a ese momento a Theodor W. Adorno, gato.

Fragmento del cuento:

Llegábamos al final de la galería, me acerqué a la puerta de salida ocultando todavía la cara, esperando que el aire y las luces de la calle me volvieran a lo que Alana conocía de mi. La vi detenerse ante un cuadro que otros visitantes me habían ocultado, quedarse largamente inmóvil mirando la pintura de una ventana y un gato. Una última transformación hizo de ella una lenta estatua nítidamente separada de los demás, de mí que me acercaba indeciso buscándole los ojos perdidos en la tela. Vi que el gato era idéntico a Osiris y que miraba a lo lejos algo que el muro de la ventana no nos dejaba ver. Inmóvil en su contemplación, parecía menos inmóvil que la inmovilidad de Alana. De alguna manera sentí que el triángulo se había roto, cuando Alana volvió hacia mí la cabeza el triángulo ya no existía, ella había ido al cuadro pero no estaba de vuelta, seguía del lado del gato mirando más allá de la ventana donde nadie podía ver lo que ellos veían, lo que solamente Alana y Osiris veían cada vez que me miraban de frente.


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