Total, me dicen que viene una tormenta. Protégete, tormenta. State warning, tormenta. Se cancelarán clases, tormenta. Auxilio, Socorro, tormenta.
Mis experiencias previas me han enseñado que si la tormenta tiene nombre, uno consigue cervezas, ron, tequila y vino, garrafones de agua y latas de atún, si no tiene nombre, solamente es necesario comprar alcohol. Así que con botella en mano, me senté con mi amiga MCG a esperar la tormenta sin nombre.
Pasaron las horas entre libaciones y monólogos, yo hasta había olvidado eso de TORMENTA.
Cuando llegó su roomate cubierto de nieve y pelos como yeti desamparado, le pregunté si se había pospuesto la tormenta. Me dijo, lleva como una hora.
Corrí a la ventana y todo seguía igual. Tomé mi abrigo y me fui caminando a mi casa, caían copos copiosamente. El sonido se absorbía. Todo estaba tranquilo. Sólo se escuchaban mis pasos, cómo mis huellas crujían y apisonaban la nieve con un crunch. Sin carros, la nieve brillante flotaba lentamente al suelo.
Esto no es una tormenta. NO.
Las tormentas son violentas, ruidosas, salvajes, llenas de furia y ruido. Arrancan árboles de cuajo, incineran casas, levantan vehículos y vacas y los lanzan contra las paredes. Estas caidillas de nieve patosas son más bien suspirillos que bramidos.
Mucha gente prefiere una imagen... tormenta:
No tormenta:
Atención señores lingüistas, si no hay gritos y ventanas rotas, me les van cambiando el nombre. Tormentas, puf.
3 comentarios:
QUÉ nos ha hecho el cine!!!!! Cualquier tormenta que se respete hace algo tipo TORNADO
Si no te quedas al menos como media hora sin internet, entonces no es tormenta.
ah du bla dah bu dah dah
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