Una semana de cursos de pre orientación, pre tax, pre micro teaching, tours del campus, de todo esto es tan tan tan importante que si no lo haces te deportamos, viendo caras nuevas, una y otra vez con el pegoste de Hello My Name Is, presentándome con anécdotas que deben producir un poco de risa, pero no deben ofender a nadie, ser inteligentes y que expresen un alto contenido cultural, que mencionen México, que expliquen qué hago aquí y un chiste del invierno.
Todo esto a un público previamente seleccionado de compañeros de maestría y trabajo, el cual es en promedio diez años menor que yo. Y que para empezar, nuestras referencias culturales son distintas (hellow, osea, Cindy la Regia, tacos, libros vs. cow tipping), pero más que nada, tenemos una brecha generacional enorme. Gigante. No les entiendo y si de por sí, es la cruz de la edigator el ser incomprendida, en estos momentos, es casi Twilight Zone.
Explico: Ninguno de ellos tiene metido en el subconsciente a los ochentas.
Cómo se le detalla a esta generación que cuando uno está perdido, cuando uno llega a un nuevo lugar, cuando uno sale de viaje, la nostalgia y la melancolía se transforman en canción triste, esa que te brota a la mente, porque la mamaste cuando infante, cuando te lastimabas la rodilla o te caías de la bici, estaba ahí de fondo, la que inevitablemente pone tu screensaver cerebral.
So... how are you liking wish-cow-n-sin?- Me preguntan.
Yo sólo respondo en monosílabos:
Oh, oh, oh, oh, oh, oh, oh, oh, oh, oh, oh
Oh, oh, oh, oh, oh, oh, oh, oh, oh, oh, oh
Oh, oh, oh, oh, oh, oh, oh, oh, oh, oh, oh
Oh, oh, oh, oh, oh, oh, oh, oh, oh, oh, oh
Me miran extrañados.
Para la letra, da click aquí:
31.8.08
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1 comentario:
Siempre podría ser peor. Podrías ponerte a cantar cosas aún más vergonzosas intentando ser optimista.
http://www.youtube.com/watch?v=--ZTrKPFwJc
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