Incluso se ha visto un incremento en la publicación de noticias que pintan desfavorablemente a los lagartos. Los colocan como asesinos, mutiladores, terroristas, guerrilleros. Ayer salió la noticia de un cocodrilo que se comió el brazo de un nutritivo golfista, nadie se cuestionó qué hacía el campo de golf en medio de un pantano (casa original del triste y desplazado cocodrilo).
También salió otra nota de un lagarto que pasó 3 días en la cárcel por andar deambulando con actitud sospechosa por las calles de un pueblo. Sólo por caminar (and I quote) “haciéndose el inocente”. En el mejor de los casos les ponen un sombrero y los explotan al obligarlos anunciar productos como seguros o fianzas con bellos acentos exóticos. Reptiles de folclóricas escamas, exóticos colores y autóctonos rugidos, “tipo, bien diversos”.
Así que la migrante edigator sufre en soledad. Camina por las calles asomándose a las cloacas, porque le dijeron que ahí vivían los dragones (que son básicamente iguanotas). Pero apenas se ha topado con unas cuantas lagartijas en las cocinas de los restaurantes y un par de caguamas exhibiendo su caparazón en un zoológico a un lado de un letrero que decía “sea diverso, tranquilice su conciencia, aporte dinero a cambio de un día de consideración, dé un dólar para el reptil subdesarrollado”.
1 comentario:
me preocupa tu seguridad!!
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