Semana 15
No sé si
les había contado que a mí me contrataron en marzo, pero el trabajo no comenzaba hasta septiembre. Así pasé los meses de desempleo y hambre.
Pero, cuando tuve mi primera junta el primer día de este
trabajo de ser piñata en escuela pública de vacalandia me comentaron, así casualmente
y con sonrisa midwest, que tenía que sacar la licenciatura en educación en una
universidad de este estado si quería mantener el trabajo. De hecho, mis supervisoras inmediatas me recomendaron que mejor renunciara (el PRIMER DÍA de mi trabajo).
Pero como los reptiles no viven de aire, decidí hacerme güey al menos un año.
Me dan 3
años para completar las asignaturas, exámenes, prácticas profesionales, proyectos y todo eso. Pero el contrato indica que para este año tengo que
inscribirme en una escuela y debo estar tomando al menos 6 créditos (costo mínimo: 3 mil dólares). El costo promedio de la carrera es de 25 mil dólares, sin contar materiales y otros gastos.
Independientemente del costo (que es altísimo) de ninguna puta manera vuelvo a tomar clases.
Aquí
su lagartija tiene 1,300 créditos de universidad, además de una maestría, un
doctorado, experiencia de piñata y chingomil de cursos en los que nos obligaban
a sacrificar los sábados mientras era maestra de preparatoria en México.
Pero para vacalandia
sólo vale la universidad de su estado.
¿Por qué? Porque consideran que su cultura es superior al resto del mundo. Aunque el sistema educativo de este estado en el ranking nacional no llega a los primeros 30 lugares. Este problema es grave, al grado que tuvieron que contratar a mucha gente este año, incluyendo a unas 50 personas con un perfil parecido al mío, para tratar de arreglar el pinche pedo educativo que tienen.
PERO, al
igual que a mí, se les pasó comentarles que todos estos morenitos y morenitas iban a tener que regresar a la
escuela y endeudarse para poder mantener el trabajo. Ups.
Y los morenitos no estamos
contentos. Oh no.
En otras noticias, en esta
semana 15 en nuestra oh gloriosa escuela, mi alumno el autista acuchilló a una
niña que tuvo que ir al hospital. Entonces, el autista se emputó porque lo
regañaron por andar acuchillando gente, así que me destruyó el salón. Pero, como
el acuchillamiento “fue un accidente” sólo suspendieron al autista un día y
cambiaron de salón a la niña para que no altere al autista.
Aparentemente
es la tercera vez que el autista acuchilla a alguien de manera "accidental".
Fin.
*Traducción mía, cartón de Gary Larson.
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