Aparentemente está harto de que utilicen su imagen y acciones como instrumento de las políticas de gringolandia.
Es interesante por varios factores:
1. El mercado del comic de Supermán
Los chamaquitos que todavía leen algo posiblemente sólo lean comics.
Sus ideas e ideales son forjados por comics y por juegos de video. Por eso creen que las mujeres se ven así:
Los escritores del comic, entonces, están tratando de crear una conciencia política de conexión con lo correcto y lo moral, sometiendo a discusión las acciones del gobierno de Estados Unidos con respecto a la política internacional.
¡Hagan caso, lo dice Supermán!
2. La figura política de Supermán
El caso de Superman y la política es como las matrioskas que tienen muñequitas adentro de otras muñequitas.
Supermán, el personaje del comic, dice que no quiere ser usado como instrumento de un discurso político de Estados Unidos.
Pero, los autores del comic están usando la figura de Supermán como un instrumento para transmitir una idea política.
3. La nacionalidad de Supermán
Cuando entré a la tienda de comics le pregunté al dueño si tenía el tan mentado comic de Supermán y se puso a exclamar con efusiva pasión (quizás porque era la única cliente que había tenido en la semana), que claro que lo tenía, que no entendía cuál era el gran espanto, la gran calamidad, la gran terrible noticia.
Que Supermán no era estadounidense (dijo "Amerrrrican") ni nunca lo había sido. Era un alien (palabra utilizada para designar tanto extraterrestres como extranjeros). Un alien ilegal que había llegado sin visa, sin papeles, sin documentos o pasaporte y no tenía permiso ni derecho para estar en Estados Unidos.
Que sus papás "adoptivos" debieron haberlo deportado, tras avisar a las debidas autoridades, porque bajo las reglas de hoy en día en EEUU, jamás de los jamases obtendría una green card.
Que ni casándose con Louise Lane.
Es más, dijo, se aprovechó de nuestro sistema educativo y nuestros impuestos. Además,ese Clark Kent vino a quitarnos trabajos que los verdaderos americanos podían haber hecho.
-¡Que se vaya el ilegal!- Dijo.
Creo que estaba bromeando.
Pero por si acaso, y para recordarle al dueño y a un poquito más de gente, mi gringo y yo nos fuimos a dar una vuelta por el capitolio de Wisconsin, a gritar tantito... con unas 900 personas más.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario