For English, flip here
Entiendo que no todos tienen el gusto por la lectura, lo comprendo racionalmente, puedo alcanzar a vislumbrar que unos adoran los chícharos, otros la salsa bbq, y a otros simplemente no les apetecen los textos. Eso de sentarse con un libro y hojearlo… puedo discernir que es bien old fashioned. La mayoría de la gente incluso necesita que la parte de atrás del libro tenga un resumen de lo de adentro, porque ni siquiera conciben cómo se abre.
Podría apreciar la frustración de uno de estos individuos ante una casa llena de libros: libros en la mesa, libros en la cocina, libros en el baño, libros en pilas cerca de la puerta. Intuyo que una opción es botarlos, porque si están bien tirados, pueden ser rescatados por gente que rompe convenciones sociales y considera que la propiedad privada en el suelo es pública… mi universidad hacía eso con los libros antiguos, por ejemplo, y así tengo una bonita Divina comedia. En el polo opuesto está quemarlos, califico esta solución como un tanto exagerada y anti ecológica y produce marquitas en el alma que llevan al quemador directamente al infierno.
Pero, ¿díganme si no es para que tras dos infartitos se justifique el tomar las tijeras de podar las matas y cortarle las bolas a la pareja? Eso de llegar cansado a la casa, cubierto de polvo laboral y tráfico y estrés, y tu peor es nada sonriente, radiante, carialegre, te muestra esto…
1 comentario:
Eso es nuevo arte.
asesinos de libros
Publicar un comentario