4.3.08

Cof cof

El sábado pasado, ¡que se me ocurre enfermarme!
Esto sepan ustedes es algo que se decide conscientemente, uno va caminando por la calle y como cuando se escoge un sombrero, se para frente a una vitrina, selecciona el virus adecuado y puf, lo ingiere.
Yo opté por un retrovirus que daba estrambóticos colores a mi excremento.


green shit
Bueno, esto fue lo que exactamente lo que hice, por la reacción que tuvieron los súper jefes en el trabajo.

Hace unos meses me disloqué el hombro, como me mega empastillé de hiper sobremanera el domingo, el lunes no me levanté para mi clase de las 7.30.
Llegué a las 8.

a las 8
Pero ellos, generosos, me dijeron que comprendían, que por supuesto, media hora tarde por estar sedada por pastillas por el dolor era entendible, que no me preocupara para nada... jamás vi un error en el razonamiento. En otras palabras, si tomas tal cantidad de pastillas para que no sufras dolor tanta que te evita escuchar el despertador... pues es perfectamente normal, siempre y cuando asistas a tu trabajo y compenses las horas perdidas.
Pocos días después, aprendí a escribir con la izquierda en el pizarrón y a ponerme faldas en vez de pantalones (es terrible abrochárselos con sólo una mano). Aunque, tuve que conseguir un carro automático para poder trasladarme, me caí 2 veces por las escaleras y se me vieron los calzones, claro, eso hace que mis clases este semestre estén repletas...

¿El resultado? Me pidieron que mejor dictara los comentarios a mis becarios porque mi letra era demasiado fea y en estos días sucede que dicen que ya no me arreglo y me confunden con una alumna (mis alumnos tienen 15 años, yo tengo 32) y eso es muy malo porque tenemos que mantener una imagen, ¿o acaso no te interesa tu escuela? Decirles que "no" se me hace muy cruel, creo que les rompería su corazoncito.

Entonces, el martes aquel en el que todavía podía caminar y la fiebre era poca, apenas
38 grados... me dije, Edigator, Ediigaaatooor... go back to sleeeeep.
And I did!!!
Ok, ya estaba en la escuela y caminaba por los pasillos, no fue la escena más divertida (para mí) ni la más adecuada (para la escuela).

El caso es que esta semana pasada, me quedé en casa. Si hubiera agarrado mi excremento verde y lo hubiera embarrado en el escritorio de la directora, creo que la reacción hubiera sido la misma.

En Monterrey, si quieres conservar tu trabajo, no puedes enfermarte.

No me han corrido, pero ya me hicieron saber que estoy bastante cerca, pero solamente porque soy yo, y sólo por eso, me han permitido esta concesión. "Edigator, si repones tus clases, te pones al corriente, traes un comprobante médico y bailas chachachá... haremos como si esto nunca hubiera pasado"


A la próxima voy a escoger peste bubónica.

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