Mi querida amiga
BCG me hizo el favorcísimo de cuidarme a mis gatos porque tuve que salir de
viaje una semana. Como sé que su marido nunca había tratado gatos, aunque le
gustaban (dijo) y ella tan sólo había tenido contacto con algunos felinos marginalmente... y ... pues... los gatos tienden a ser un poco, digamos, “sorprendentes”
para aquellas personas que nunca han interactuado con ellos, decidí
hacerles un instructivo.
He aquí el manual
“cómo cuidar y amar a un gato sin resultar
fileteado en el intento”. Fileteado especialmente por Simón, porque sus uñitas y colmillitos
son puntiaguditos de a madre y no quería que mis amigos terminaran sin ojos o con
esas cicatrices de las que cuentan sus historias en las fiestas. ¿Ésta? Fíjate
que bien chistoso, hace como 5 años teníamos una amiga que tenía unos gatos
salvajes...
Parece que el breviario
fue excelente y efectivo, a tal grado que me recomendó que lo pusiera en el
blog para que la gente sin inclinaciones o experiencias gatunas tuviera un práctico
vademécum que consultar la próxima vez que se aproxime a un gato.
Hélo aquí (pueden dar clic en la imagen para agrandarla):
Debo aclarar que a muchos gatos sí les gusta ser cargados, a Simón-el-gato no. Y rasguña. |
Lo que parece un extinguidor es una botellita de agua, no sean bárbaros. |
Que tengan un día miauravilloso.
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