Y no me salía la escritura y no me salía. Yo no entendía por qué, si no me dejaron a cargo de más misas, ni está tan pinchita la situación.
A quien me pregunta le cuento que esta lagartija es bien tratada, valorada, las clases están bien, el pueblo está bien. Todos los días frente al espejo, me repito, estás bien, iguanita. Todo chido liro y el vampiro casimiro.
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| "Piensa en los latinx. Piensa en los pobres niñxs que no tienen maestros latinos. Piensa en el chequecito de cada quincena..." |
Pero no.
¿Juay? ¿¿¿¿JUAY???? Se preguntarían ustedes mis cinco (¡yeiii, cinco!) lectores y lectoras.
Les voy a decir porqué, pero antes… un preludio.
Tuve que tomar un curso de 9 horas obligatorio y que dura 9 años, 2 veces al año. El objetivo del cursito es para que todos los maestros y maestras, hasta los de deportes, puedan meter la biblia en las clases.
Había módulos opcionales y otros a huevis. El primero que nos enjaretaron hablaba de las diferentes personas que estuvieron involucradas en juntar los libros de la Biblia hasta que el concilio de Trento en 1563 dijo que ya se tenía la Biblia única y verdadera y que no se le iba a agregar nada más (pregunté que si era la misma que la de los coptos y el profesor hombre blanco, ultrasapiente y con línea directa al vaticano me vio con cara de que me quería sacar del salón).
El segundo módulo abuelita de batman fue un truco, con preguntas para bajarnos las defensas, nos fueron haciendo que nos abriéramos más y más y relajarnos, para llegar a una pregunta final que era… (paciencia, ahorita le digo).
Las preguntas eran como, ¿conoces la biblia? ¿Sabes qué religiones tienen a la biblia como base (por cierto, el profe que se presentó como enviado por el mismo profeta zacarías incorrectamente sólo mencionó tres)? ¿Sabes cómo fue el proceso de traducción de la Biblia (refiriéndose a la versión King James)?
Preguntas académicas que su servilleta estaba como si fuera Trivia Night. Bueno no, eran de opción múltiple y había que caminar a un lado de la sala si a, a otro lado si b, en fin, nos traían como si estuviéramos bailando la de eiki breiki jart.
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| Ajúa. Mejor fuente |
En fin, llegan a la pregunta final, “¿Es la Biblia verdadera y sin error?”
Y mientras la gente se mueve (y seguro el profe-rezo-por-vos nos toma foto), el santo profe nos indica con voz de Torquemada que la institución que nos contrató, la que nos paga los cheques, y la que nos renovaría el contrato si semos buenos, considera que la Biblia es verdadera y sin error. Punto. Repitió la parte de los contratos y luego nos dijo que había terminado el curso.
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| Tómenla. Fuente (Divine Interventions) |
Dicho curso me causó un mal sabor de boca y un desajuste en mi caminar. Pero aún no metía bien el dedo en la llaga de por qué estaba tan fuerte el bloqueo escritural.
La luz me llegó el lunes.
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| Eureka. Fuente |
Toda la vida aquí, este espantosaurio se la ha pasado disipando confusiones, tratando de enseñar la verdad y pensamiento crítico.
Enseño a cuestionar y a buscar información. Aunque me paguen un cacahuate y me avienten sillas. Me dedico a enseñar a evaluar fuentes fidedignas para poder distinguir entre mentiras y realidades.
No lo sabía, pero esa ha sido la misión de vida de este abnegado y reseco reptil (y con temperaturas abajo de los 0 grados con la humedad en negativo, bien reseco).
Pero en esta institución estoy contribuyendo a la obscuridad, a la propagación de ideas misóginas y sexistas, de homofobia y pensamiento anti-crítico. De obligar a los estudiantes a “respetar” las creencias, y que los adultos en sus vidas les digan que deben seguir las palabras de un zombie hijo de un ente violador de menores que pide que se lo coman cada domingo.
O sea, ¿juat? ¿¿¿JUAT???
Tengo una disonancia cognitiva.
Entonces, nuevamente, es hora de abrir la sección de empleos y pasar a lo siguiente.
Próxima entrega… les voy a contar cómo la coalición de estudiantes de ultra derecha tiene un club que se junta los martes en la biblioteca. ¡Zaz!
