Y ellas los prefieren rojos

Pues nuevamente tengo esta semana terrible, larga, llena de trabajos y revisiones y cosas por hacer, de ésas que no permiten una hora para reflexionar sobre la vida. Oh la vida. No he tenido tiempo ni de vilipendiar a los hombres en estos días (omaigod), así que ahora vengo llena de alegría hacia el sexo débil, siento hasta ternura por los pobres proveedores de esperma cuyas funciones se limitan a abrir botes apretados, pues ya no sirven ni para matar a las plagas cuando invaden la casa.

Una compañera me platicaba de su concuña, quien está embarazada. Lo primero que hizo fue llamar por teléfono a su marido, quien está en Irak desde hace un año.

¿Resultado?

Felicidad de ambos.

¿Por qué? ¿Cómo va a ser? Se preguntarán.

¡Pues no indaguen más! El señor, antes de partir, eyaculó precozmente en tubos de ensayo etiquetados de antemano y ella puso unos palitos de paleta en cada frasquito, los echó al congelador y cada mes, el día de su ovulación, se insertaba una helada golosina por ahí .

Et voilá, ¡parirá!

Claro, por supuesto y obvio, osea, llevan 10 años de casados y no podemos esperar que sigan con una vida sexual como al inicio de la relación, en la que incluso, él... le metía el pene... ¡a ella!

So passé.

Todo esto para que... jóvenes, impriman esta hojita y vean por qué ellas los prefieren ¡rojos, vibrando y de latex!

Y van a decir, nahhh, eso no es real. Así que también incluyo una estadística (verdad irrefutable, casi casi, ley).

Traducción: según las medidas de penes erectos en hombres (parece que los penes de mujeres entran en otra categoría) blancos y negros de universidad (con la educación les crece el pene, obvio, o si no por qué incluirlo en los datos, ¿no? )
Las medidas están en pulgadas (2.54 cm por pulgada) y el

promedio es 6 pulgadas (osea, 15.24 centímetros). Menos es por debajo del promedio, es tercer mundista, es subdesarrollado.

Y por último... éste es un fresco encontrado en Pompeya.

¿Verdad que es de las peores tragedias el que haya explotado el Vesubio?

Imaginen un mundo en el que Pompeya no hubiese sido destruida por la lava... y esta gente hubiera podido pasar sus genes...

Por favor, lloren.

Bueno, JD. quería una conclusión... aquí está: Ezequiel 23:19-20