Bueno, (let me rephrase THAT) cuando digo “me cayó mal” es como un eufemismo... explico: me refiero a que me empezó a doler tanto el estómago que no podía caminar así que me senté en el suelo en el área de faldas para damas plus sizes y luego pensé que estaría un poco más segura alejada del feeding frenzy, ojos desorbitados, a 80% de descuento, dámelo, yo lo vi primero, de las súper patas de las señoras y un poco más cerca del baño. Lo malo fue que en el baño, pues el esfuerzo que hice para llegar me desgastó un poco, así que me situé a un lado de la taza, en el suelo, justo donde las mujeres hacen pipí de aguilita (hombres, explico: además de ese comportamiento en el que las mujeres van al baño en grupos y platican sus intimidades mientras cagan, las chicas no se sientan (generalmente) en las tazas, si no que en cuclillas expelen los excrementos, a veces le atinan al recipiente, pero generalmente no, entonces alrededor del bacín hay salpicaciones y mojones cuyo destino es el trapeador del servicio). Pues bien, yo estaba ahí, en el suelo, limpiando todo deshecho con el culo, pues no me podía levantar. Como me empezó a dar un poco de asco, abrí la puerta y me arrastré hacia afuera.
En el pasillo había tres tipos de personas: los gringos, quienes son gordísimos, con ropa espantosísima (no entiendo cómo es posible que compren tantísimas cosas y se vistan tan mal) y que me veían de reojo y en algunas ocasiones me brincaban; los chicanos, igual que los gringos pero con ropa dos tallas más chicas que lo que deberían usar; y los mexicanos (yeii), quienes se acercaron a preguntarme si me sentía bien. Les admití que no, que necesitaba que vocearan a mi madre quien estaba probablemente peleando por las ofertas. Me preguntaron su nombre (ella tiene esos nombres que son difíciles de pronunciar e imposibles de recordar), entre dientes y jadeos convulsos medio lo enuncié, pero cuando la vocearon, creo a una tal “Mishishi Mamushi”, me di cuenta que no iba a venir. Para esto, entre la pregunta y la voceada, se había decidido por los pinches gringos que yo estorbaba, entonces entre dos, me cargaron y me depositaron en unas bancas de por allá. Esperé a que volvieran a llamarla y creo que me quedé dormida.
Al rato abrí los ojos y la nausea me hizo correr (bueeno, correr implica velocidad, yo repté arañando paredes y medio jorobada, hacia la salida) hacia el estacionamiento. Pero me caí. Como estaba cerca de la puerta la gente a veces me esquivaba y a veces me atropellaba con el carrito, y yo solo podía pensar, “ojalá que no me haya sentado en un chicle porque eww, una cosa es sentirse mal y otra parecer hobo”. Al poco rato aparecieron un par de mexicanos (yeii) quienes me preguntaron si estaba bien. (déjenme explico la escena: fémina revolcándose en el piso, tiembla, suda, es traslúcida, tiene los ojos rojos, y ha sido atropellada tres veces por carritos llenos de cosas y la gente entre que la esquiva y la salta.) Musito un “no, necesito ayuda”. Segundos después ya está un grupo de personas alrededor mío, los guardias de seguridad traen walkie talkies y un policía insiste en llamar a una ambulancia. Pienso en las salas de urgencia gringas y la inmensa ineptitud de los médicos, le trato de explicar que a menos que me esté muriendo no me pararía en un hospital en estados unidos, que antes me arrastro a reynosa. Pero me malinterpreta y empieza a llamar a la ambulancia, en eso llega el novio de la madre quien me ve. Se regresa por ella y entre los dos me cargan hacia el carro.
Ahí me pongo en posición de recuperación y creo que me quedo dormida.
De ahí mi madre dice que pasó lo siguiente en un lapso de tres horas:
-Edi edi, me dice, ¿estás bien?
Ediedi(osea yo): ugh, no mucho…
Madre: te llevo al hospital, ya llevas una hora así.
E: no, no, ughh… pinches gringos, no saben nada… zzz… (entro en sopor)
Madre: bueno, voy a regresar a pagar las cosas, ahorita vengo.
E: …ugh, máquinas.. zzz… porque nough saben diagnosticar.
Se va, vuelve media hora después
Madre: Mijita preciosa, ¿cómo sigues, linda? (¿escuchan la culpa? es por irse y dejarme ahí, la vieron feo y todo, eh)
E: …porque necesitan hacer zzz … mil análisis antes de... zzz
Madre: ¿te llevo al hospital?
E: en Reynosa…no, no... zzz … George Clooney…
Viaje en carro hasta mol en Mission.
Madre: bueno, vamos a estar en Bealls, ahí hay un Barnes & Nobles, por si quieres visitarlo.
E: ok… libros… hospitales, ugh… zzz
Exeunt Madre y novio de madre. E duerme. 1 hora. Vuelve, se asoma por la ventana.
Madre: ¿cómo sigues?
E: no sé. Mal creo.
Madre: ¿Mal o peor? porque te ves de mejor color… hmm... bueno, mijita preciosa, este..., si necesitas algo seguimos en Bealls.
E: ok… zzz
Corre madre con billetes en la mano.
En fin, a las tres horas me senté y me sentí mejor. Aunque todavía tengo el estómago revuelto y escalofríos de vez en cuando, pude llegar hasta B&N y me compré lo siguiente:
Entonces, ¿qué fue?
Hipótesis 1: intoxicación con pretzel: explica las manchas rojas, la temblorina, la nausea.
Hipótesis 2: empacho, a huevo, el pretzel estaba crudo, y explica el dolor de estómago.
Hipótesis 3: la levadura del pretzel interactuó desfavorablemente con las cervezas del día anterior, osea, se expandió, explica la hinchazón del vientre.
Hipótesis 4: se me bajó el azúcar: explica los desmayos, el cansancio, la temblorina y la sudoración.
Hipótesis 5 (la que todo mundo dice que fue): estrés, maratón exhaustivo lupe-reyes, eso fue todo, necesito descanso de las vacaciones.
¿ideas?