Cuando un poder (como el gobierno o la iglesia) ejerce un control sobre actos que corresponden a la libertad de expresión, opinión o creencia se le llama censura. En México se practica la censura. Ésta puede ser efectuada de diversas maneras.
Por ejemplo...
Si un presidente de la república decomisa miles de máscaras de su cara y demanda legalmente a cualquiera que intente utilizarla en cartones políticos, mantas de denuncia o críticas racionales porque dice que se violan derechos de autor, hay censura.
Si los periodistas publican información con respecto a la corrupción de las élites oficiales y el narcotráfico y después dichos periodistas aparecen mutilados y bien muertos; se produce una censura pues se crea terror.
Si un artista pinta a Jesucristo como Pedro Infante y otras tantos sacrilegios y los Serrano Limón cierran el museo donde se exhiben las apostasías y despiden a su director porque dice que atenta contra ellos, hay censura .
Hoy en día, al menos en la mayoría de México, decir “censura” es negativo. En teoría, un aparato de poder no puede decir explícitamente “No te permito que hables de eso”, así, muchas veces la censura es implícita (como en los ejemplos mencionados) porque disuade por medio del poder que se lleve a cabo la comunicación y el libre intercambio de ideas.
En Monterrey, no es necesario llevar a cabo estas técnicas tan complejas y elaboradas, la gente participa en su propia autocensura.