22.9.09

¿Te estás divirtiendo?

Cuando estás en un espacio público realizando una actividad en común, (digamos en un concierto) y uno de tus amig@s te pregunta, “¿te estás divirtiendo?”, bajo la interrogante de tu estado particular de ánimo existe un juicio subyacente, una queja, una increpación directa hacia ti. Oh sí.
Porque la “diversión” es una expresión externa tuya la cual se conforma según lo que los demás están haciendo. Si en el anterior concierto tu novi@ brinca y baila y mueve los brazos por aquí y las caderas para allá y tus amigos se quitaron las camisas y las están incendiando y tú los miras, sin muecas, sin sonrisas, cruzado de brazos, alguien podría preguntarte, “¿te estás divirtiendo?”
Entonces ¡OJO! cuando te preguntan “te estás divirtiendo” te están diciendo, realmente, quizás de manera subyacente, pero definitivamente ahí: “por qué carajos no estás actuando como el resto de nosotros”.

Divertirse es imitar. Punto.

Por eso the edigator odia los parques de diversiones. Es un lugar donde una empresa afirma el colectivo, específicamente para indicarte cómo te comportes y cómo seas. Aquí viene uno a divertirse. Y uno se divierte gritando así, bailando asá, haciendo todas cosas exactamente como el resto de los demás. Divertirse es ser parte de un grupo, divertirse es comprar la admisión para el paquete feliz: amigos, sentimientos, experiencias e identidad.

¿No tiene una personalidad definida? Entonces, ¡a divertirse! Compre aquí su recuerdo.


15.9.09

Viva México

Quién sabe por qué, pero el símbolo patrio mexicano más reconocido es la virgen de Guadalupe. Atrás se quedan el águila rapaz engullendo a la serpiente y las banderitas de colores.
Fuente

Ella, se parece un poquito a la Coatlicue, quien sin intervención de un dios masculino da a luz al sangriento Huitzilopochtli.
También se parece a Ixquic, quien sin coyuntar con un animal humano o divino pare a los gemelos quienes vencerán a los dioses del tenebroso Xibalba.

Así que al igual que otras diosas prehispánicas, la Guadalupana, tiene la peculiar característica de haber engendrado a algún dios sin ayuda de un pene masculino.

Ésta es una afirmación del imperio creativo femenino, que sin ayuda de entes masculinas compone vida, deidades o fuentes de poder. (A ver, ¿lo quieren así o más feminista ?) Donde el símbolo patrio mexicano más importante es de una vieja con unos huevos así de grandes que dice, “no mijito, para materiales genéticos buenos… sólo yo. Sáquese… aquí no se comparten atributos divinos si queremos que salgan bien las cosas”.

Artista de la vírgen Coatlicue y la última: Yolanda M. Lopez

8.9.09

"Mágica" realidad sin realismo mágico



Yo no sé por qué se piensa que el realismo mágico se refiere a una idea estética o literaria. He leído que se equipara al surrealismo sólo porque parece sacado de un viaje en ácido.

Por ejemplo, escribe Gabriel García Márquez que millones de mariposas cubren la ciudad con su polvo de alas, mariposas en la calle, mariposas en las ventanas, mariposas en la sopa. Y se hacen trabajos y estudios y ohhh, maravilloso, ohhh imágenes oníricas que saltan a mezclarse con la realidad, pero puf esto pasa en Michoacán cada año.

O por ejemplo, otro texto narra sobre una lluvia, de ésas que duran una noche nomás, pero es casi un diluvio, terribles inundaciones, las ciudades se ven arrastradas, se destruyen calles, se colapsan edificios… y entonces, hace unos días en México llovió tantito y… ¡zaz!

Luego aparece una influenza que brinca de cerdos a humanos y de humanos a políticos, y la verdad, qué mejor remate que el que a la bestseller latinoamericana, a la única e inigualable novísima Isabel Allende se contagie de esta cochigripa. (más aquí)

El realismo mágico solamente está describiendo la realidad latinoamericana. Así que al final de cuentas, todos nuestros grandes autores de la literatura no son más que reporteros.

3.9.09

Gatos en las paredes

For English, meow
Es bien sabido que los gatos controlan el pensamiento de los humanos.

Obviamente esto explica el hecho de que los humanos construyan cajitas de arena y las limpien cada día de caquitas y orines, que con un cepillo deshebren el pelaje que vuela por los aires y se mete a las narices, que les compren juguetes que serán abandonados en más o menos dos minutos, o que les atiendan sus necesidades básicas sin ninguna contemplación a su propia seguridad (¿alguna vez han intentado lavarle los dientes a un gato?).

No, no hay retribución; ni económica, ni emocional (un gato ni siquiera reconoce a sus propios humanos), ni física. En otras palabras, un gato es como un adolescente eterno.

Y cuando se mezcla esta sujeción a la actividad creativa, invariablemente sale un gato. Esto fue comprobado al ver unos grafitis en Bogotá.









meow!