16.9.14

Cucarachas

Para Naty, que aplasta cucarachas

Recién estaba leyendo sobre las cucarachas. Los científicos afirman que son la cima de la evolución. Las cucarachas son las absolutas regentes de la tierra y lo han sido por millones de años. Son eficientes, rápidas y adaptables. En Monterrey*, además, vuelan. Y siempre vuelan hacia la boca abierta de quien esté gritando de terror en ese momento. Yo siempre pensé que ese acto evidenciaba su absoluta estupidez, pues más de una vez la persona en cuestión cerró su boca al sentir al bicho y el insecto terminó triturado por los dientes del o la aullante. Pero ahora, cada vez más, creo que la cucaracha lo que busca es justificar su existencia y tratar de establecer lazos de amistad con los que las incomprenden.

Cuando yo crecí, había una cucaracha que era muy pizpireta. Cuando yo iba al baño, le gustaba asomarse debajo de la puerta y yo alcanzaba a ver sus curiosas antenas moviéndose arriba a abajo. Nunca enseñaba nada más. Ésta, a diferencia de otras cucarachas, nunca corría a mis pies o brincaba de las paredes para caerme en el pelo. Ésta era una cucaracha muy respetuosa. Ni se comía la ropa sucia ni tocaba los cepillos de dientes. Tenía un caparazón café brillante, pulido, casi me daban ganas de acariciarle sus patitas.
Yo sólo quiero ser tu amiga. 
(fuente)

Luego hay cucarachas muy abusivas, llegan a vivir a tu casa y se apropian de los cajones, los enchufes, las paredes. Apagas la luz y salen todas a bailar la conga arriba de la mesa. Toda la noche escuchas sus patitas ir y venir y sus mandíbulas masticando todo. Realmente hay que lidiar con ellas o la casa se vendría abajo. Pero mi amiga no, ella se alimentaba durante el día, así que en la noche, por lo general, se mantenía bastante calladita.


Pero nuestra amistad llegó a su fin un día, cuando a media noche bajó mi hermana a la cocina para prepararse un lonche. Para no despertar a todo mundo se fue a tientas, sin encender la luz y al llegar abajo sintió un crunch en los dedos de su pie y luego algo líquido y viscoso. El olor a sangre de cucaracha le llegó hasta la nariz y saltando en un pie prendió la luz. Ahí, totalmente despanzurrada, pero con ánimos de seguir, estaba mi cucaracha amiga. Me dijo mi hermana que la cucaracha se arrastró un poco hacia debajo del refrigerador y donde ella la alcanzó con un zapato y un grito y plaf.


*En Monterrey la mayoría de la gente las llama cucarachos, yo nunca me adapté.

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