7.9.13

Noticias de la huerta

Le conté que tengo una huerta compartida.

Los tomates se siguen dando y nosotros los hemos estado regalando a vecinos y amig@s. Todos han podido disfrutar de la cosecha. Hasta los conejos, pájaros y una marmota gorda y peluda que vimos el otro día.

Pero pasó algo. El jueves recibimos un correo electrónico de la encargada de la huerta: Algunos de los pequeños agricultores han reportado que les robaron sus calabazas.

Yo pensé que era una de esas exageraciones del primer mundo. Porque la comida debe regalarse, si hay gente con hambre, que tomen de la huerta. Es normal, yo lo he hecho. He pasado muchas veces bajo árboles de duraznos y manzanas y he agarrado una fruta, no lo considero robar, es parte de lo que la naturaleza da y nosotros también tenemos que dar.

Pero aún así fuimos. Nosotros habíamos plantado también calabazas y yo había dudado si ya cortarlas o dejarlas crecer más. Eran como cuatro y cada una estaba pesando como unos 2 kilos mínimo y medían unos buenos 40 centímetros. Ideales para el invierno. Así que fuimos a la huerta a ver si habíamos sido víctimas del mentado atraco.

En efecto. Lo fuimos. 

Pero lo que hicieron fue que jalaron la planta de calabaza y se llevaron todas las frutas que teníamos. Al jalarla rompieron las ramas de tomates que quedaron pudriéndose en el piso y lograron que los melones se cayeran de su enredadera (me imagino que la sacudieron o algo así, porque eran meloncitos). Al hacerlo también mataron a la planta de calabaza, con sus cuatro florecitas que todavía podían haberse hecho fruto. Así que al robarse todas las calabazas de mi huerta y el resto de las huertas, básicamente destruyeron al resto de las plantas.

Iba a ponerme a filosofar sobre los distintos tipos de personas y el destruir seres vivos como acto de supremo egoísmo pero mejor les cuento que hoy nos comimos uno de los melones. Lo partí a la mitad y le puse nieve de mango.
Medio melón con nieve mmmmmiau



Mientras comíamos me acordé del cuento que mi mamá me contaba de chiquita, de dos gatitos, uno se llamaba Melón y el otro Melames. El caso es que Melón y Melames mataron un pajarito. Melón se comió las plumas y Melames el pajarito.
Y así lo contaba yo en el kinder. Ahhh qué trol mi madre. (fuente)
Fin.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario