La familia de Matthew Korfhagen, mi cuñado, escribió una elegía que fue leída en su funeral por sus hermanos: Laura y Joe. Son una serie de memorias que quisieron compartir de él.
Como sé que hay gente que no puede leer la original de su blog (aquí ), decidí traducirla para que se pudiera compartir.
La historia de Matthew
La historia de Matthew
Leído por Joe
Matthew John nació el 12 de octubre, 1983 en Cincinnati, Ohio. Su nombre significa “regalo de Dios” y no pudo ser mejor nombrado.
Tratar de describir a alguien es muy difícil, pero con Matthew uno usaría los términos: inteligente, chistoso, apasionado, leal, servicial, confiable y pícaro. Además, Mathew era en todo el sentido de la palabra un verdadero no conformista, que creía que las reglas no se aplicaban para él.
Por ejemplo, a la edad de dos años Matthew se vestía solo. Su ropa favorita en el verano eran dos botas de hule de diferente par (una azul, una verde), sin calcetines, una trusita blanca, sin pantalones, una camisa floreada y unos lentes de sol grandísimos sin uno o dos lentes. A veces, complementaba su atuendo ya sea con un sombrero vaquero o con uno de bombero. Matthew se ponía esta ropa y luego iba, con la cabeza en alto, a jugar en el jardín o a dar vueltas en su triciclo. Cualquier intento de cambiar su vestimenta era respondido por un estruendoso “¡NO!”. Pero cuando la temperatura subía a más de 33 grados, entonces se ponía una camisa de manga larga, pantalones hasta el tobillo y te decía, con el sudor corriéndole por la cara, que no tenía calor.
Mamá sufrió más por este desdén hacia las reglas. No era que Matthew no siguiera reglas, sólo que únicamente le gustaba seguir SUS reglas. En una ocasión, Matthew estaba tan enojado con mamá porque había tenido la audacia de sugerir que hiciera algo que no quería hacer, y la miró a los ojos y le dijo “biuk” (quién sabe cómo se escriba eso). Creemos que lo que quería decirle era esa palabra en inglés que rima con ruta, pero decidió a último momento cambiarla, quizás pensando que no fuera tan buena idea.
En otra ocasión, Matthew estaba sujetado en el asiento para bebés, instalado en el carro, cuando decidió que quería ir a otro lugar. Mamá se dio cuenta cuando se prendió la luz de adentro del coche y vio cómo se abría la puerta de Matthew mientras él trataba de escapar de su asiento y del carro. El abuelo Lehrter diseñó un aditamento extra para prevenir futuros intentos de escape.
Pero el mejor ejemplo de Matthew siguiendo sus propias reglas fue cuando mamá estaba embarazada. Matthew tenía como tres años. Cuando le informaron que iba a tener un hermanito o una hermanita, él, quien apenas empezaba su fase G.I. Joe, miró fijamente a sus padres y dijo “no me importa si es niño o niña porque yo le voy a decir Joe”. Y así, todos mis hermanos tienen nombres bíblicos, yo en cambio, fui nombrado en homenaje a un muñequito, cualquier coincidencia bíblica fue meramente accidental.
Cuando Matthew tenía como cuatro años, empezamos a notar algunas cosas sobre su inteligencia. Por ejemplo, Mathew tiene un hermano mayor, David, que debería estar en ese entonces en el tercer grado, y una hermana mayor, Laura, que debería estar en el primer grado. Tanto David como Laura eran muy buenos en matemáticas y les encantaba presumir sus habilidades aritméticas. Mis papás les preguntaban problemas en los viajes en el carro o cuando estaban haciendo la tarea y eso les daba tanta felicidad hasta que Matthew, quien jamás había visto un libro de matemáticas o jamás había estado en una clase de matemáticas, empezó a responder a los problemas. David ahora dice que nunca le molestó porque le gustaba tener una calculadora que le ayudara a hacer la tarea.
Cuando Matthew cumplió, seis años entró al primer grado. Su primer boleta de calificaciones incluía una nota de la maestra que decía “Matthew es un amor en clase. Siempre termina sus deberes tan rápido que me ayuda con los demás estudiantes”. Después de esa nota y unos exámenes de diagnóstico, Matthew fue transferido al segundo grado.
La ayuda que Matthew le daba a los demás fue un sello distintivo de su vida. Hemos tenido a mucha gente que nos cuentan cómo Matthew estuvo ahí para ayudarlos con sus trabajos de la escuela o cualquier otro problema. Cuando primero diagnosticaron a Matthew, él le escribió a sus amigos y familia y les dijo que no se preocuparan por él, que si bien esta enfermedad no era lo que él quería, ésta estaba ahora en su vida y con la ayuda de Dios iba a luchar tanto como pudiera.
Después, mientras la enfermedad avanzaba, Matthew creó un blog, que según sabemos ha servido de inspiración para mucha gente que lucha con sus problemas de salud u otros problemas, gente en distintos puntos del país, y Matthew hizo amigos gracias a este blog en diversas partes de la nación.
En la preparación para el funeral, tuvimos que escoger un pasaje del evangelio que fue el mismo que se distribuyó en tarjetas en el velorio. El pasaje seleccionado es del Evangelio según San Mateo que dice:
Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma.
Para nosotros, ésta es la encarnación de todo lo que Matthew creía y cómo vivió su vida.
Leído por Laura.
Por supuesto, Matthew tenía también su lado pícaro. Cuando tenía como cinco o seis años, papá llevó a Matthew y a sus hermanos a comprar un regalo de cumpleaños para mamá. Por alguna razón terminamos enfrente de una tienda de videojuegos. Papá entonces sintió que alguien le jalaba la camisa y miró hacia abajo y Matthew tenía en sus manos un juego llamado Jackal. Jackal es un juego de guerra, con tanques y explosiones que si bien podrían interesarle a un niño, definitivamente no le interesaban a mamá. Papá miró a Matthew y le dijo con calma que hoy estamos comprando regalos para el cumpleaños de mamá. Y Matt dijo, “pero papá, mamá me dijo que de veras de veras de veras quería este juego”. Siendo el marido complaciente que es, papá compró el juego, lo envolvió y se lo dio a mamá en su cumpleaños. Mamá abrió el regalo y clavó los ojos en papá con una mirada de desconcierto hasta que papá dijo, “Matt me dijo que tú de veras de veras de veras querías este juego”.
En los años siguientes, Matt le regaló Jackal a mamá en varias navidades.
En junio de este año, Matt decidió comenzar sus compras navideñas. Pensó largo y tendido y decidió que para mamá todos sus hijos deberíamos regalarle exactamente el mismo libro y que ella abriría así seis libros idénticos. Todos accedimos y mamá recibió seis libros de pastelería para principiantes. Esto para una madre que ha hecho tantos pasteles de bodas que ni los puede contar.
En uno de los tantos esfuerzos para encontrar una cura, Matthew accedió a un tratamiento de radiación en Bloomington, Indiana. Este tratamiento fue brutal, con muchos efectos secundarios. Para prepararse, Matt compró en línea una serie de camisetas chistosas. Nuestra favorita era “Yo estoy aquí sólo para conocer a las enfermeras”. En cada uno de los 33 tratamientos de radiación que Matt recibió, siempre usó una de las camisetas.
Cuando Matthew estaba en el hospital para recomenzar su cuarta serie de quimioterapia y obtener los resultados de su examen de resonancia magnética, la situación era tensa. Estábamos seguros que el pronóstico no era favorable. El doctor cruzó la puerta y se sentó frente a Matthew con una mirada que confirmaba que las noticias eran muy malas. Matthew miró al doctor y antes de que pudiera hablar, empezó a hacer chistes. Matthew decidió que los chistes de Chuck Norris eran los más apropiados para este día tan horrible. Pero los chistes lograron hacer lo que él quería. Los chistes cambiaron el sentimiento del cuarto, si bien sólo por un momento, y esto permitió que el doctor hiciera su trabajo. Mathew usó el yugo en sus hombros para aliviar el sufrimiento de los que lo rodeaban.
La mejor forma de terminar esta historia es con las palabras de Matthew. La pueden encontrar en uno de sus blogs (aquí ) donde habla de su tratamiento de radiación que está apenas por comenzar.
Espero no estar haciendo esto sólo para encontrar una cura. Sí, sería bueno que sirviera y así yo tendría una vida más larga de lo que se pronostica, pero espero que la gente considere esto como una labor de aprendizaje. Espero que todos los que hayan sido tocados por mi vida obtengan algo de mí.
Mi cita favorita es “la actitud lo es todo, así que escoge una buena”. Trata de pensar en eso cuando te empiezas a preocupar de las cosas pequeñas, como el cáncer.
Y con eso, Dios regresó por su regalo.
Siento mucho la perdida. Vaya eulogia
ResponderBorrarLo unico que me asusto un poco es que todos tienen nombres bíblicos.
Gracias.
ResponderBorrardespués de mi tío josé roberto del sagrado corazón de jesús, yo no me asusto.