15.1.11

Quique, el fantasma amistoso

Fuimos a Playa del Carmen a pasar las fiestas decembrinas y a reconectar lazos familiares. Por lo tanto, la edigator (osea yo) pasó mucho tiempo con su hermanita la Ranatasha (ahora llamada Doña Fuchititita Ranatasha, pues se elevó en estatus social al productivamente efectuar el rite of passage de parir).

El primer día, después de una sesión de abrazos galore e historias que resumían años en minutos, volvían pues Doña Ranatasha y la Edigator al hogar de Doña Ranatasha, donde se encontraba la hija de la Ranatasha (y sobrina de la Edigator, osea yo) con la niñera.

Al abrir la puerta, la escena era caótica. La niñera temblaba, pero estaba coherente. La sobrina de dos años jugaba con una crayola; la, muy simpática pero temblorina, niñera empezó lo siguiente: 

Niñera: Lo sigue haciendo, sigue buscando a Quique. Lloró porque me senté en un lugar y ella decía que ahí estaba Quique, que me quitara.
Edigator: ...
Doña Ranatasha: Son niños.
Niñera: No, su papá me dijo que era el compañerito de ella. El que falleció. Que era Enrique. Quique, ¡Quique! Que falleció.
Doña Ranatasha: Ningún compañerito falleció, tranquila ... ¿Te llevo a tu casa?...

Y la llevó.

Total, pasaron los días y siguieron libaciones nuestras, y no hubiera vuelto a recordar la historia si no fuera porque en la fabulosa fiesta de año nuevo, entre uvas y campanadas un bello saltamontes se metió al hogar de mi hermana.


 Saltaba a una pared y a otra, voló hacia una silla, luego hacia la televisión la sobrina lo perseguía con singular deleite, reía y trataba de atraparlo. Brincaba a una pared y decía "na pared" y corría ahí. Saltaba a una silla y exclamaba "na sía" y corría (sía, porque tiene dos años, no dice SiLLa). Extendía las manos, y entonces, el saltamontes brincó a un sofá,  y la sobrina dijo: “no tá”.

Le contesta su padre: ¿qué pasó, mija, dónde está el cricket?

Y dice la sobrina, con absoluta seriedad y apuntando hacia donde el bicho se había escondido: “Nel sofá, Quique tá nel sofá.”


Pobre niñera, en este mundo, si no se es bilingüe no se puede tener salud mental. 
Tan tán.

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