Argentina, como todos saben, no es la perita en dulce que los argentinos creen, porque para empezar, está llena de argentinos. Para seguirle, tuvieron una serie de represiones políticas que terminó en miles de desaparecidos, bebés vendidos y policías golpeando mamás y abuelas en las plazas . Detenían a un sospechoso criminal (osea, era o comunista o artista u homosexual o bien vestido o mal vestido o pelo largo o hippie o vaya, quien sea que no fuera un hombre "decente", etc), y agarraban a toda su familia, amigos, vecinos, novios, compañeros de clase, profesores, directores de la escuela, perro, gato y el señor de la tiendita que le vendía los cigarros. Luego de secuestrarlos, los torturaban a todos física y emocionalmente y, por último, a algunos los arrojaban (vivos) al mar.
Uno pensaría que con este sórdido pasado nacional, la serie que se enfoca en un serial killer quien, tortura, desaparece, mutila o mata a todos los que cree responsables del fallecimiento del amor de su vida (osea amigos, amigas, profesores, vecinos, etc), sería una crítica o una alusión a la realidad nacional. Porque es obvio que el serial killer representa (con sus acciones) a estos policías o al gobierno. Pero los policías quienes quizás deberían demostrar que ya no son los asesinos despiadados de antes se la pasan hundidos en ineptitud y sentimientos de venganza, con la pistola desenfundada, disparando sin ton ni son (osea, sin juicios, abogados, leyes o cualquier otra cosa que podría proteger al ciudadano) a todos los que parezcan un poquito asesinos o culpables.
Finalmente, ¿quién es el serial killer? ¿Quién es ese que la policía debe aniquilar pues jamás jamás será bueno, ni tiene remordimientos, ni nada nada? ¿Quién es el que debe ser masacrado como perro, por andar desapareciendo, torturando, secuestrando y golpeando abuelitas en las plazas (casi todas las mujeres que mata se parecen a estas señoras)? Entonces, ¿quién es éste que merece morir (¡Sin juicios o apelación a la ley!)?
Ah, por supuesto. El único en toda la serie que es "indecente", osea el malo es el gay que además, es artista. ¡Horror!
Úsenlas mejor para aprender guitarra.
Buenísimo comentario, Edith. Hizo falta la aportación de tu perspectiva siempre sabia en clase. Besotes!
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