Al cumplir los 33 años, la edigator se dio cuenta que su carácter divino empezaría a evidenciarse cada vez más y los milagros empezarían a brotar como chapulines en primavera. Sin embargo, su ojo crítico y científico se resistía a percibirlos, porque con esta era moderna queremos la repetición o la prueba irrefutable para poder considerar algo como verdadero. Pero como con el godliness viene también la sapiencia (aún mayor) la edigator entendió la naturaleza de lo milagroso.
El milagro es algo que sucede, pero no es repetible. Como el nacimiento de un gato con dos caras o la venida al mundo de un tiburón cuya madre es virgen. El contexto es lo principal en estos prodigios, lo improbable le da su condición milagrosa. That is, a más improbable, más milagroso. Por supuesto, a menos conocimiento de lo que se puede o no hacer, más milagros. Su carácter único se contrapone al capitalismo masificado. No se puede comercializar el milagro para exportación porque algo siempre es probable en otro lado. Por eso casi ya no hay milagros (en los pueblos en cambio, se registran al menos dos milagros al año).
Ante dicha epifanía, la edigator salió al mundo a demostrar as sus creyentes su misión de profeta divino.
Primero caminó sobre el agua.
Después convirtió el pan ...
...en peces.
Por último, transformó el vino...
... en agua (bueeno, 95% agua)
Si le van a rezar a la Divina Edigator, traten de hacerlo de seis a ocho porque ha tenido mucho trabajo.
Divina Edigator,
ResponderBorrardame todo to poder poderoso para terminar la tesis y convertirme en una buena y bien_cogida ama de casa! ESO ES TODO LO QUE QUIERO!
Oh Edigator, concédeme la gracia que la Chicharina ya duerma toda la noche.
ResponderBorrarjajajaja La Divina Edigator, podemos hacer una Cumbre para devotos, yo voy como Santa Patrona de las Bugas Curiosas y tú después las conviertes en... algo, lo que sea
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