K. y M. me invitaron el fin de semana a la Isla del Padre, yo creo que fácil tenía 15 años de no ir.
El inicio
Mi prima la del enema me había contado su aventura para ir a Laredo. Ella estaba recién operada, supurando entre almohadas en el asiento trasero. Una vieja con una vara en el culo fue SU agente aduanal, transcribo la conversación.
Agente Aduanal con Vara en el Culo (AAVC)- ¿a dónde se dirigen?
Tía, el novio Ro y mi prima sangrante Z (TRZ)- A Laredo.
AAVC- ¿pero a dónde?
TRZ- ¿cómo a dónde? A Laredo.
AAVC- ¿Qué no escuchan?¿A qué parte de Laredo?
TRZ- A Walmart.
AAVC (escupiendo al piso)- ¿qué no hay Walmart en Monterrey?
Z (echando espuma por la boca)- Mira bien pinche vieja puñetera de mierda lo que yo... (almohadazo)
TR- Es que la acaban de operar, señorita, lo que pasa es que en el Walmart de Laredo venden algunas cosas que …
Tuvieron que decir el nombre de las tiendas del mall que iban a visitar y hasta la dirección del hotel en el que se iban a quedar.
Entonces, cuando llegamos a la Aduana en el carrazo de K., hablando un inglés perfecto y sonrisas de dentistas de primera, el aduanal pensó foquinspics güitagudcar, ni madres, y le dijo a K. que su pasaporte estaba vencido y que júchale, aquí no los queremos, refoquin terroristas.
Pero M. es tesudo y nos fuimos a la siguiente caseta, donde Martines reivindicó a toda la raza de aduaneros hijos de la gran puta y nos mostró que había todavía esperanzas para algunos.
-pásele, nomás saque pronto su passport, miss.
La ISLA
Quince años después, la isla sigue igual, aunque ahora puedo comprar alcohol sin problemas y manejar. Creo que la que cambió fui yo… pues la diferencia la vi al compararla con Playa del Carmen.
Aquí el mar es verde, no se ve el fondo y está lleno de aguamalas (osea, medusas o jellyfish), la arena es café y no hay palmeras.
Allá la gente se asolea topless, con audífonos o un libro, y generalmente son mayores de 30 años; aquí llegaban familias de dos padres y como quince chiquillos, se meten al mar con camiseta y shorts, y traiban hieleras, sillas, carpa y el estéreo con la sonora dinamita.
Así que decidimos disfrutarlo como ricos, esto es, desde la terraza y con una cerveza importada cuyo valor empresarial es el machismo (Tecate Light).
Actividades:
-Participé en conversaciones propias, las cuales giraban en torno a dos temas:
Uno:darle consejos a K. sobre su matrimonio, vida o boda. Es algo que emanan las comprometidas, ni yo podía evitar el soltar consejos sobre la luna de miel o la correcta preparación de un arroz. Es como un maleficio, porque cada una de las consejeras podría asegurar que su intención es buena.
y DOS: , en donde se veían las posibilidades de maridos y hombres. Lo que ellos buscan, me aseguró soltera #3, es una chica sin neuronas y menos kilos. El hecho de yo ser mujer soltera busca, … con gato (-1), lonjas (-2), viviendo sola (-3), con un trabajo de mierda (-4), sin haber visitado Europa (-5) y OMAIGOD mayor de 30 años (-6), hizo que el resto de las féminas en la conversación se sintieran sumamente agraciadas. Es como con el cáncer, siempre te sientes mejor cuando te enteras que hay alguien peor.
Yo me consolaba pensando, al menos sé latín y Rosario Castellanos estaría orgullosa de mí… aunque bueno…, sé inglés.
También hicimos un poco de visitas turísticas:
-Fuimos a Walmart a ver gordos, ahí los dejan correr libres entre los pasillos y hasta te puedes acercar a ellos con cautela. Por supuesto que te indican que no lleves comida porque podrían hacerte daño, pero les tomamos unas fotos divinas en su estado salvaje. En una de ellas logré capturar la escena de dos machos peleando por una bolsa gigante de cheetos genéricos, mientras las hembras se miran con ojos de odio. Maravillosa.
-Fuimos al arroyo encantado, The enchanted brook. Parece que a cierta hora se escucha un lamento compuesto por las últimas palabras de un niño que murió ahí. Según lo que nos platicaron, se aparece el fantasma quien, cuando vivo, al tratar de cruzar el arroyo utilizando un tronco a manera de puente se encontró con su primo (según la leyenda) quien le movió el punto de apoyo. Parece que el infante, con lágrimas en los ojos, le suplicaba e imploraba a su primo que no lo dejara caer mientras se aferraba con manos y pies al resbaladizo pedazo de madera.
Y pues ahí nos tienen, altas horas de la noche, se escuchaban grillos y chicharras, el arroyo también sonaba con un constante murmullo. Pero queríamos comprobar la realidad de la historia, nosotros, cazadores de leyendas urbanas, enfriándonos el culo esperando al maldito espíritu. Luego nos llegó un viento frío y sopló una brisa bien rara, se me pararon los cabellos de la nuca, se movieron solamente las ramas y las hojas de los árboles alrededor nuestro, y en verdad, lo juramos, alcanzamos a escuchar una voz tétrica y terrorífica que aullaba… “yaaaaa güeeeeeeyyyyyy, piiiiincheeeeeee puñeeeeetaaaaassssss”.
Sobra decir que salimos huyendo del lugar.
El regreso
Estuvo tranquilo y he vuelto a la cd. de Monterrey, nos recibe con lluvia y nubes. Thank you, K & M.
A las comprometidas se nos hace una coraza y se nos resbalan los consejos malos y buenos, requeridos y no, y luego se nos olvida lo que ya sabíamos por experiencia.
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