Un día te despiertas y no se oyen pájaros, sólo el viento. Miras al cielo y lo ves gris, turbio, como charco. Pero después es peor, porque la gente se cree en su derecho de continuar la destrucción que la naturaleza empezó y rompen vidrios, cargan con puertas, cajas registradoras, sillas, focos, todo. Deciden que si está obscuro, si se cayeron los postes de luz, es para que asalten o violen.